«Hasta Mañana»

Por un momento pensé en tí. Estabas, como cada mañana, sentado en el vagón. Vestido con un traje chaqueta de color azul marino, ese maletín de piel marrón, y el periódico en la otra mano. Mientras, yo me escondía detrás del libro que leía día tras día en el metro mientras iba al trabajo. Nos encontrábamos a las 8:30 y tú bajabas tres paradas después. Te observaba, te miraba... siempre esperando que me dijeras algo, que me mirases, pero nunca ocurría nada. Si alguna vez cruzábamos la mirada yo intentaba evadirme para que no vieras cómo mis mejillas se sonrojaban. A veces me hubiera gustado poder decirte algo pero mi timidez me lo impedía. Soñaba despierta que venías, me abrazabas, me decías que habías estado esperándome toda la vida hasta que me di cuenta que había llegado a mi destino y que tú ya habías bajado en tu parada.

Hoy llegue y me senté junto a la ventana. No estaba. Iban a cerrar la puerta cuando entró alguien a última estancia. Buscó sitio y para mi sorpresa se quedó vacío el sitio de al lado mío, y él se sentó. Podía oler su perfume. Miraba por la ventana para ver su reflejo. Él hojeaba su diario. Se levantó para irse. Baje la vista y ví que se había dejado su periódico. Lo cogí y al abrirse ví una nota escrita con boli que decía : "Hola. Me llamo José Luis. ¿Te gustaría tomar un café conmigo?. Mi teléfono es 658989433. Llamame.". Me quedé perpleja con lo que estaba viendo. Miré por la ventana. Me estaba observando por la ventanilla. Cogí el dedo y escribí en el cristal: "Yo soy Sara".
Apoye mi mano sobre el cristal. Él hizó lo mismo. Se puso en marcha el tren. Hasta mañana.