«En la playa no hay agua»

- ...'gua, 'gua. Quiero 'gua.- El niño llevaba pidiendo agua desde hace 10 minutos. La bolsa de la playa no tenía fondo. Era imposible encontrar nada. Llaves, gafas de sol, pañales... de todo menos una botella de agua.
A cada segundo el niño lloraba más y el padre ya desesperado estaba a punto de seguir sus pasos. Con lagrimas en los ojos y la vista ya borrosa, la encontró en la arena. La había sacado para encontrarla fácilmente. Irónico. Contó hasta calmarse: 1, 2, 3...

Agarró al niño y cogió la botella para darle de beber. Nada más acercársela a los labios el pequeño escupió el líquido con cara de desagrado y el padre se dio cuenta "caliente, está asquerosamente caliente".
- Pues, amor mío, no tengo nada más que ofrecerte.-
Podría ir al abarrotado chiringuito que estaba a 30 metros y comprar un botellín, pero ¿qué haría con el niño? ¿se lo dejaba a unos adolescentes medio borrachos? ¿iba y dejaba todo el tenderete que tenía montado sin cuidar? ¿le pedía a algún vecino de playa que se la comprase? Nadie estaría dispuesto; la gente iba a la playa para descansar, no para servir a un padre desesperado.

La cara de desesperación debía ser evidente, pues una señora que parecía estar a cargo de 4 niñas y niños de máximo 8 años, se acercó a él y le preguntó:
- ¿Primerizo?
- ¿Tan evidente es?- dijo con una mueca extraña que mostraba vergüenza y agobio.
- Querido, todos lo hemos sido. Toma, aquí tienes.- Decía mientras le tendía una botella fría.
El niño casi le absorbió el alma. No quedó ni gota.
- A veces me da miedo-. Se rio. -Muchas gracias-.

"No vuelvo a la playa solo ni en broma."