«Epigramas cuando publicas»

I

Poeta te haces llamar, Máximo,

en tu perfil de redes sociales;

mínimo es tu arte mayor, 

micro, también,

tu conocimiento del arte poético.

II

Máximo: un mínimo tuit publicas,

con una rima atrofiada,

o un simple juego de palabras,

que ni labras, ni trabajas:

asonanta mejor este labriego. 

III

Compones, Máximo, tus efímeros versos,

que publicas con una foto 

(tuya, ¡qué guapo!) 

editada;

para que te digan: qué bonito, me gusta,

como quien alaba a un simple tiesto. 

Eso eres tú: barro seco. 

IV

Andaba Máximo su poesía publicando,

y en estas llegó un poeta viejo;

leyó la falta de sentido,

de ritmo y de verso,

de estética;

y pensó: vaya mierda de posmoderno. 

V

La décima, querido Máximo, 

dice Lucía que es verso perfecto;

ni el soneto; ni los tuits, tu verso suelto

o excusa, bribón,

para no practicar la disciplina del metro. 

¡Décimas son de arte menor,

versos cortitos, directos, populares,

a ver si los trabajas:

vago poetilla infecto!

VI

A ti, Máximo, 

mínima atención prestan; 

no les importa tu uni-verso.

Te dan me gusta, 

te gustas,

siguiente post,

te olvidan; 

y te convierten en silencio. 

Nunca debiste ser concebido. 

VII

Me gusta cuando callas, Máximo, 

siendo susurrantes tus ruidos;

ronroneas con ornato de tu alma…

vacía.

Y de tu caro corazón croante,

rana que no le importa a nadie,

ni a tu alma, ni a tu corazón, en realidad,

porque nunca has sido.

Vacío.