Esto seguro que los millenials… No, espérate… ¿Por qué generación vamos ya? Bueno, los nuevos, los últimos, los de veintipocos. Esos. Vosotros seguro que no lo sabéis, así que os lo cuento: cuando un hombre, un tío, un eso, dice “eres una mujer fascinante”, en realidad quiere decir “me acabas de poner cachondo”. ESTO-ES-ASÍ.
Ojo, vale para cualquiera. Chico-chica, chica-chica, chico-chico… Cualquier cruce. Si oyes esta frase, ya sabes lo que está pasando.
¿Por qué cuento yo esto? PORQUE-ME-HA-PASADO-A-MÍ. El otro día. ¡Y en mi casa!
Sí, porque era una llamada de Zoom. De trabajo, mentes enfermas… Que esa es otra, estás tú ahí, profesional (que lo parezca, por lo menos), y te sueltan esto.
Preguntaréis: ¿Cómo sabes que se puso cachondo? Porque me mandó un mensaje directo. Nooo, no era para decirme que estaba… ¡Nooo! Era para intentar decírmelo más tarde sin que sonara raro.
La cosa es que arrancó bien, con educación, un poco plasta con lo de “eres preciosa” cada dos frases… Hasta que empezó con las preguntas “para conocernos”… Entonces me preguntó altura y peso. Esto es básico para conocerse DE-TODA-LA-VIDA.
Como soy delgada, me escribe los alimentos exactos y concretos que debo comer para engordar. Y yo pensando: “¿Te digo lo que te tiene que engordar a ti?”
Luego me pregunta si tengo hermanos. Como soy hija única, dice “no serás caprichosa, como lo has tenido todo”. Pues he tenido una madre pluriempleada, porque si no…
En fin, que mientras fui aguantándole el rollo, seguí siendo “fashcinanteeeh”. Pero, cuando me dice: “Ríete, que no te ríes nah”; y yo respondo: “Ya veremos si me río”; se le acabó la fascinación de golpe.
Que me vino bien, porque ya veis el nivel.
Así que, ya sabéis, si escucháis esta frase, esto es lo que pasa.