Mi timidez hizo que mi personalidad risueña se apagara cuando lo sentía cerca, no lo podía evitar, supongo que al verlo, algo dentro de mí me obligaba a descontrolar mis sentidos.
En aquellos años sonaba una canción que cuando la escuchaba me derretía pensando en él. "Nothing compares to you" de Sinead O'Connor. Hoy en día todavía cuando la escucho me viene su recuerdo, aunque mis sentimientos hayan cambiado hacia él, jamás se me olvidará aquel amor apasionado que sentí. Sin haberlo tocado y sin haberlo besado, mi mente me recuerda que casi enloquece por una persona con la que nunca fui correspondida. Un amor loco del que sufría en cada mirada, en cada pensamiento, y en cada solitario despertar. Fue como un veneno tratando de perturbar mis neuronas. Afortunadamente, el tiempo lo cura todo.
Después de muchos años, esta mañana lo he vuelto a ver. Mientras paseaba con mis hijos por el parque, lo he visto caminar sin rumbo. Mi timidez ya no existe, al igual que mis sentimientos hacia él. Me ha mirado mostrando una sonrisa dañada por los malos vicios. No sé por qué, pero nos hemos dado los teléfonos.
Tras dormir a los niños he leído su mensaje, me he quedado atónita.
— Me ha encantado volver a verte. No puedo dejar de pensar en ti. ¿Nos vemos mañana? —
Ahora va a saber lo que es enloquecer sin ser correspondido.
Yo siempre pienso que todas las personas que nos han importado de una u otra manera tienen (al menos) una canción asociada
Efectivamente, que sería del amor sin una buena canción y viceversa.
Me ha encantado!
Saludos Insurgentes
Saludos