Jazmine y el misterio del cuco - Mila Clemente
Mila Clemente

«Jazmine y el misterio del cuco»

968 palabras
8 minutos
36 lecturas
Cuento de fantasía: En la más profunda oscuridad de la medianoche, una luz misteriosa se enciende en el bosque. ¿Es un ser mágico, una puerta a otra dimensión, o algo completamente diferente?
La joven Jazmine siempre anhelaba ser escuchada, ser querida. Sentía la necesidad de congeniar con todas las personas que la rodeaban. Sin embargo, después de veinticinco años, había aprendido que la mente de cada persona era un mundo desconocido con el que no podía luchar, pues una guerra perpetua le perseguiría toda la vida.
Se volvió antisocial desde que sufrió varios desengaños con amigos y compañeros de trabajo. Padecía tanto cada vez que recibía un desprecio, aversión o decepción, que decidió apartarse de toda convivencia.
Una soleada mañana de primavera, caminó hasta el sendero que le conducía al bosque, el mismo al que tanto había temido desde niña. Recordaba cómo algunos niños del colegio le atemorizaban contándole historias trágicas sucedidas en él. Ahora sabía que todo era mentira, y quería experimentar todo lo que se había perdido durante todos estos años ausentándose de tan majestuoso bosque. Lo llamaban "La Selva Negra", un nombre que le producía escalofríos por su misterio y grandeza.
Caminando entre abetos y helechos se fue familiarizando con su entorno. Olfateaba mientras ojeaba cada rincón pensando en lo amena que se estaba convirtiendo su travesía. Las flores decoraban la selva transformándola en un lugar festivo y alegre, paisaje con el que Jazmine fue olvidando su temor causado por las mentiras del pasado. Poco a poco se fue introduciendo en lo más profundo del bosque, donde la escasa luz del sol se dejaba ver entre las copas de los árboles, con lo que cada vez iba siendo más complejo distinguir el sendero. De pronto, se topó con el saliente de una raíz escondida bajo la flora, provocando que cayera al suelo y permaneciera de rodillas y con sus manos sobre la tierra. Comenzó a reír mientras se incorporaba para seguir, se reía de sí misma por no haber tomado precaución ante la oscuridad que le iba cercando. En ese mismo instante, un pequeño animal apareció ante ella, un gato montés con cola velluda y rayada, le observaba de cerca. El animal avanzaba despacio hacia la oscuridad, no obstante, informaba con delicados movimientos a Jazmine para que siguiera sus pasos. Fue entonces cuando una luz misteriosa comenzó a iluminar sobre la corteza de un abeto. El gato montés se colocó junto a la luz, que lentamente iba aumentando su tamaño mientras que dos ardillas correteaban espantadas por las ramas.
Jazmine observaba boquiabierta, jamás había presenciado nada igual. De pronto, esa luz se fue transformando en un portal de color azul resplandeciente. Después, un detalle inesperado le llamó la atención, sobre el portal, un reloj de cuco gigante sobresalía del tronco. Se preguntaba si debería traspasar aquella luz, su inquietud por conocer un lugar ignoto tras el misterioso cuco, le empujó a dar un paso, y tras él, un camino fugaz hasta sentir que su cuerpo volaba sobre un prado colmado de flores. Al pisar tierra, se percató que esas flores no posaban sobre sus tallos, y a su vez sobre sus plantas, si no que volaban como mariposas en el aire, bailando y desfilando por el valle.

— ¿Qué lugar es éste? —se preguntó en voz alta. 

— Bienvenida. Estás en la aldea del cuco, y si has podido llegar hasta aquí, ha sido porque el bosque ha decidido que así sea —contestó alguien muy amable.

— ¿Quién ha hablado? ¿Hola? no puedo verte —preguntó Jazmine asombrada.

— ¡Aquí arriba! Soy el cuco, el vigía de este lugar —.

Jazmine miró hacia lo alto de una torre, donde un simpático cuco le sonreía y le indicaba que podía adentrarse a la aldea, donde personas como ella se sentirían encantadas de recibirla. Le explicó que ella misma debía tomar la decisión de quedarse y comenzar una nueva vida junto a sus aldeanos, o volver a su antigua vida.
Caminó por un sendero rodeado de bellos árboles donde varios niños correteaban felices. Después, comenzó a atravesar una fila de cabañas con hermosos jardines. Fue entonces cuando varios aldeanos se acercaron a concederle una cordial bienvenida.

— Hola. Bienvenida a la aldea del cuco. Soy Susan —le expresó alzando una de sus manos para saludarla.
— Encantada, soy Jazmine. Jamás había oído hablar de este lugar. Todavía estoy impresionada —.
— Nadie debe saberlo. Solo aparece en el bosque cuando alguien realmente lo necesita. Al pasar por ese portal dimensional te adentras en un mundo mágico en el interior de un reloj de cuco —comentó Tom con una agradable sonrisa.
— ¿Estamos en el interior de un reloj? —.
— Sí. Nuestro cuerpo disminuye un 80% al entrar. Y cada hora en punto, el cuco sale a través de su ventana a comunicar al resto del mundo, la hora que corresponda. Si quieres podemos subir con él, así averiguamos en qué ciudad aparecemos —.
— Me encantaría —contestó Jazmine entusiasmada.

Mientras se acomodaban entre unos ventanucos para observar la vida desde un reloj, a Jazmine le surgieron preguntas, dudas. ¿A quién elegía el cuco para comenzar una nueva vida en el interior de ese fantástico lugar? Y ¿Por qué?
El mismo vigía le aclaró sus dudas.

— Las personas que viven aquí sufrían en el otro lado. Poseen un gran corazón, y no se sentían felices allí fuera. Algunos por sus miedos, otros por sus problemas, o simplemente por sus bondadosos sentimientos. Son personas que no soportan las injusticias y las ofensas. Necesitan tranquilidad, vivir en paz, como tú. Por eso te di la oportunidad cuando el bosque me lo requirió. Tú decides si te quedas o te vas, respetaremos tu decisión—.

Jazmine observaba desde su ventana cómo aquel cuco vigía comunicaba las doce en punto, frente a una pequeña plaza donde la gente caminaba apresurada para llegar a su destino. Al percibir los rostros felices de sus acompañantes, Jazmine supo que aquel era su sitio. Recorrería el mundo en el interior de un reloj de cuco, donde ni nada ni nadie, perturbaría su existencia.
Mila Clemente
Nací en Barcelona en 1974. Mi infancia en Santa Coloma de Gramanet fue en tiempos de la EGB…
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Mikel M
03 ago, 10:17 h
Me ha gustado mucho, Mila
Mila Clemente
03 ago, 12:31 h
Gracias Mikel. Me alegro. ☺️
elinsurgentecalleja
04 ago, 01:44 h
Magnífico relato Mila, lleno de originalidad y ternura.
Quizá a tod@s nos gustaría vivir en ese reloj de cuco!
Saludos Insurgentes
Mila Clemente
04 ago, 11:35 h
Muchas gracias. Sí, hay momentos en los que ese cuco nos vendría fenomenal.
Un saludo.
Carmen Fernandez Mayoralas
04 ago, 19:11 h
Me ha gustado la historia. Me parecia que podía salir Alicia en algún momento.
Mila Clemente
04 ago, 19:15 h
Gracias Carmen. ☺️
Elvira.lopu
05 ago, 16:22 h
Muy tierna y bonita historia. Un lugar para escapar cuando todo es feo.
Mila Clemente
06 ago, 11:39 h
Gracias Elvira. Pues sí, un lugar donde evadirse de todo.
Beggar Mayo
06 ago, 03:24 h
Sencillo. Agradable. Lo primero que hice luego de leerlo fue voltear a ver el reloj cucú de mi madre.
Mila Clemente
06 ago, 11:42 h
Jajaja si llegas a encontrar vida te da algo...
Gracias.
Williams Nuñez
08 ago, 12:16 h
Entretenidamente misteriosa...y tierna al mismo tiempo.
Mila Clemente
08 ago, 19:29 h
Muchas gracias Williams.
Un saludo.
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