La señora Búho, maestra de la escuela, cansada de las burlas que los más egocéntricos de clase lanzaban a los, aparentemente, más débiles, lanzó un reto a sus alumnos.
-Este fin de semana tendréis que subir a lo alto de la montaña Anuza buscando vuestro propio alimento, agua y cobijo. El primero en subir conseguirá grano para comer todo el año.
La maestra, con gran sabiduría por sus años de experiencia en el colegio, conocía las limitaciones y ventajas de todos.
Y llegó el día…
El oso Paco salió decidido pensando que con su cuerpo y fuerza la montaña no se le resistiría y llegaría el primero pero cayó en un profundo agujero del que, debido a su peso, no podía salir solo.
El lobo Antonio comenzó la marcha muy ligero creyendo que por su velocidad y astucia conseguiría ganar al resto. Pero la montaña también tenía una sorpresa para él en forma de cepo donde una de sus patas quedó atrapada.
La chulería también pasó factura al águila pescadora Maite que, al ir a buscar comida y agua al arroyo, tragó un pez con un anzuelo que se le clavó en la garganta dejándola herida.
Y así uno tras otro excepto dos. La tortuga Lola y el caracol Matías que, a pesar de su extrema lentitud, avanzaban con paso seguro y firme. Encontraban alimento y agua en las plantas sin tener que buscarlo y tenían el cobijo en sus cuerpos. Decidieron marchar juntos por si necesitaban la ayuda del otro y así consiguieron su objetivo.
Al llegar pidieron ayuda para sus compañeros indicando en qué lugar del camino habían quedado y cuando todos estuvieron reunidos decidieron que, debido a que toda esa cantidad de grano era excesivo para ellos, la compartirían con el resto.
Sus compañeros aprendieron una gran lección de humildad y compañerismo.
Demostrando que la humildad siempre está por encima de la prepotencia.
Enhorabuena!
Saludos Insurgentes.