Peter, sentado en su silla, da un pequeño sorbo a su café. Mientras tanto Simón, su jefe, recoge sus cosas y se acerca a su pupilo.
-Espero que termines el reportaje sobre el cambio climático antes de las 7:00 am- dice Simón. Peter asiente con un ademán fatigado.
Acto seguido cierra la puerta y abandona el lugar. Peter suspira.
El tiempo corre como la pólvora. Eran las cuatro de la mañana y Peter desplegaba todo su ímpetu periodístico sobre su teclado. La cafeína estaba dando sus frutos. La oficina estaba completamente vacía, el silencio reinaba en toda la instalación. Solo estaban Peter y su portátil. De repente, el móvil empieza a sonar. Peter ni se inmuta y continúa redactando su ambicioso trabajo. El dispositivo no se rinde y termina atrayendo la atención del joven.
- ¿Si diga, quién me llama a estas horas? - contesta Peter algo molesto.
-Poseo información que le podría interesar, Peter- replica una voz misteriosa.
-¿El qué? ¿Quién eres? ¿Esto es una broma?
- Mire su correo. Es todo lo que tengo que decir. Tenga cuidado- el móvil se corta ipso facto.
Peter no se lo piensa dos veces y abre su correo para corroborar lo que había sucedido. Efectivamente, Peter había recibido un correo hacía 10 minutos. Un archivo sin nombre se hallaba en su interior. Peter se bebe de un trago su café y, con la mano temblorosa, accede al archivo desconocido.
- 5 años para revertir los efectos del cambio climático- Peter se da cuenta de la oportunidad que tiene.
El portátil se apaga súbitamente. Peter coge el cargador con gran celeridad. Enchufa su ordenador y lo enciende. Todo su trabajo ha desaparecido. Peter, sudoroso, vuelve a acceder a su correo y encuentra una actualización en su bandeja. Se percata de algo diferente, su título es “no debiste hacer eso”.