Está oscuro. Lo está desde hace ya tres días. O eso creo. En la oscuridad dejas de percibir el tiempo. Me siento agotado, ya me resulta casi imposible mantener los ojos abiertos.
Al resto no le pasa. Seb lleva varias horas eufórico porque, según él, sus pupilas ya se están adaptando y es capaz de distinguir formas. Yo creo que su cabeza se está autoconvenciendo para no perder la esperanza.
A Carla parece no importarle. Es la que mejor lo está gestionando y hay algo en esa serenidad que me atrae. Por momentos incluso creo que me he enamorado, pero ¿acaso puedo enamorarme de alguien a quien ni siquiera he visto? Al menos no su verdadero aspecto, porque cada vez que oigo su voz suave la imagino saliendo de unos labios igual de finos. Acompañando cada palabra con gestos tan pronunciados como sus pómulos. Y su cabello tan oscuro como este lugar. Contrastando con su piel pálida y frágil. Ayer llegué a imaginar que hablábamos durante horas sentados en el borde del espigón mientras el albariño iba haciendo su efecto. Es lo que tiene tanto tiempo para pensar. Aunque admito que, al despertarme por última vez, he intentado llegar hasta ella pero a los pocos metros golpeaba con una pared sin importar hacia qué lado me arrastrara.
Al principio esto parece insignificante pero, a pesar de la confianza que hemos ganado en tan poco tiempo, hay conversaciones con Carla de las que prefiero que Seb no sea testigo. Hay cosas que deberían quedarse en el vacío de la oscuridad.
Ahora que lo pienso, nunca les he preguntado la edad. A Seb le hago de mi generación aunque por su comportamientos a veces podría decir que es un crío. Carla, a pesar de superarle con creces en madurez, estoy seguro de que es más joven. Tampoco es algo que importe mucho aquí y no es que tenga muchas esperanzas de que vayamos a pasar ninguna noche en el espigón.
Eh ¿y esta luz? Alguien está hablando, no son las voces de Seb ni de Carla pero las he oído antes. Joder, después de tanto tiempo mis retinas no son capaces de distinguir nada más que fogonazos blancos. ¿Por qué me estoy moviendo hacia las voces? ¿Quién me empuja? Espera, distingo algo ¿son Carla y Seb? Tienen que ser ellos, sus cuerpos también se elevan en la misma dirección. Qué ganas tenía de salir de aquí.
Bien relatado!
Saludos Insurgentes