«La vida.»

Por un momento pensé que iba a perderme. Dolía tanto y tan adentro que mi corazón estaba hecho mil pedazos, cual puzzle de piezas pequeñas y diminutas.
Ese pozo oscuro cada vez me iba asustando menos, no tenía frío, ni miedo. Mis lágrimas recorrían mis mejillas y mis gritos eran desgarradores.
El desahogo de cada día se convirtió en rutina, en la cual no sabía que hacer, ni cuando iba a sanar y si sanaria.
Hay millones de colores, pero yo...no veía ninguno.
Mi reflejo en el espejo no se reconocía, donde estaba? Tan lejos? De verdad?

He de decir que la depresión y la ansiedad hacen estar así... pero yo no tenía días buenos ni menos buenos, todos eran raros y malos.
Un dia, de buenas a primeras, hubo un chips que se encendió en mi mente y desperté.
Fue ahí cuando empecé a mirarme, a mimarme, a quererme y sobre todo a confiar en mí. El espejo me miraba bonito. Esos lastres fueron desapareciendo formando el ser que hoy en día soy.
Aceptando todos mis ciclos, haciendo caso a todas mis emociones y respetando sus tiempos.
Sabiendo que mi alma tenía que sentir bonito porque ella es la que estará toda la vida viajando a los lugares donde he estado cuando mi cuerpo decida no seguir más.
Somos instantes en esta vida. Y tenemos que aceptarnos tan cual somos y sobre todo conocernos, para así estar en el ahora conscientemente.
Porque en este momento,si,  pero...dentro de un ratito, no sabemos!
Respira profundo y... a volar viviendo, cual sueño soñado.