«Las dos caras de la moneda»

La niña de cinco años intenta hacer girar sobre su eje una moneda con la efigie de Clara Campoamor.... 
-¿Sabes quien es esa señora?
-No, ¿quién es?. 
-Ella decía que llegaría un día en que la mujer sobrepasaría a los hombres en grado de sabiduría y puso toda su cabeza y su 
 corazón en la consecución del voto femenino hasta conseguirlo.

1936. París. Aunque ha perdido bastante vista por las tardes teje con las agujas mientras escucha en la radio las últimas noticias de la guerra civil. Ahora es dama en el exilio a pesar de haber sido el 1 de octubre de 1931 la primera mujer en hablar en el Congreso de los Diputados. Ese día había que subir al púlpito con pasión y sin miedo pues alguien tenía que dar voz a los derechos de la mujer y enfrentarse a su compañera Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres. Esta ultima pensaba que había que trabajar mucho todavía para cambiar la mentalidad de la sociedad española. Clara decía: ¿Cómo puede decirse que la mujer no ha luchado y que necesita una época, largos años de República para demostrar su capacidad? Sabía que no sería fácil la obtención del sufragio femenino, pues la sociedad española era bastante machista y conservadora, pero había que intentarlo. Solo aquel que no considerara a la mujer un ser humano era capaz de afirmar que todos los derechos del ciudadano no debían ser los mismos para la mujer que para el hombre.  
Después de aquel acto de valentía no renovó su escaño para las elecciones del 33, pero se convirtió en la pionera de los derechos de la mujer en España. Tras la ausencia del exilio volvió a ver las caras a su público desde el filo de una moneda que hoy y para siempre conmemora su osadía.