«LOS OJOS DE PETER»

Hay muchos acontecimientos que pueden poner tu vida patas arriba y cambiarte para siempre.

Sin duda para mí fue 2001 el año donde ocurrió el peor de ellos.  La mañana del 11 de Septiembre, Sarah salió como siempre de casa, a toda prisa, yo sonreí porque sabía que aunque corriera, volvería a llegar tarde a la oficina. 

Aquella mañana la sonrisa de Maya iluminaba todo a su alrededor, iba a interpretar a Dorothy en la obra del Mago de OZ, que se iba a hacer en el cole.

Recuerdo como aquella sonrisa me hizo ver el cielo más azul, jamás había tenido ese color. Los árboles de la avenida camino del colegio, eran más verdes y sin duda los ojos de Maya brillaban con una luz que bastaba para hacerte feliz.

Después, recuerdo contestar una llamada, en la que me decían lo que había ocurrido en el World Trade Center, y vi como el decorado donde estaba Maya era diferente. Todo pasó a ser gris.

Me dieron una grabación, que Sarah consiguió hacer aquella mañana, mientras su mundo se derrumbaba. Su fuerza me hizo ver que no podía desmoronarme.

Ahora que han pasado más de 20 años, tengo muy claro que aunque siempre he pensado que yo era el fuerte, el que sostenía los cimientos de esta casa, ha sido Maya la que me ha sostenido a mí. Ella, pese a tener un padre que olvidó por completo varias Navidades y cumpleaños, supo perdonarme sin reprochar nada.

Sin duda, su sonrisa me hace cada día ver el cielo más azul y los árboles más verdes, y aunque nunca volverán a tener el color que tenían aquella mañana de septiembre, no hay duda de que el brillo de sus ojos basta para hacerme feliz.