«Me llamo Nilo.»

Me llamo Nilo y soy el Rey de la familia Miralles, mi vida es lo más parecido a la felicidad suprema, mi única preocupación es ver qué hay compañeros que no tienen la misma suerte que yo.
Mis papás, Claudia y Antonio me miman mucho y me dan los mejores manjares.

Aunque los últimos meses a Claudia algo le pasa, ha cambiado su humor, tiene varias manías y su barriga se ha inflado cada día más, hasta el punto que ahora mismo parece un globo aerostático.

Hoy algo extraño ha ocurrido, han salido corriendo y me han dejado sólo en casa, sin agua, sin comida y con una tristeza inmensa, porque no entiendo lo que ocurre.

Jamás he estado solo tantas horas, estoy inquieto, intento tranquilizarme pero no lo consigo, he llegado a pensar que no van a volver.

Cuando creo que está todo perdido, aparecen por la puerta, pero ahora son tres.

Un cachorro de tres kilogramos de  peso que no para de ladrar (llorar) las veinticuatro horas, mis papás dicen que es mi hermano.

Los nervios se apoderan de toda la casa, ladra, come, duerme y se hace sus necesidades encima, no lo entiendo, encima se lo permiten.

Mis privilegios se han terminado, se acabó dormir en su cama, ahora duermo en el suelo, no siento sus caricias y si eso fuera poco, incluso hay algún día que se han olvidado de darme de comer.

Piensan que tengo envidia de él, pero no es así, lo quiero mucho y se lo intento demostrar, pero no me lo permiten, piensan que lo voy a dañar.

Hoy mi hermano cumple dos años y mis papás han organizado una fiesta, ahora los dos somos inseparables y somos muy felices juntos.

Jamás te abandonaré, te quiero hermano.