«Menos mal que la semana que viene abren»

—Pasen por esta otra caja por orden de cola, por favor. 
—Hola, buenas tardes. 
—Buenas. ¿Vas a querer bolsa? 
—Una bolsa grande y una pequeña, por favor. 
—Intuyo que la grande es para meter todas las canciones que te recuerdan a ella, ¿verdad? 
—Vaya, supongo que se me nota en la cara. Al menos ya no tengo que traer el carro de compra para que quepan todas, como hacía antes. 
—Con el tiempo todo se va superando. Veo que llevas mucho pop, bastante flamenco y un poquito de rap profundo. 
—Sí, yo creo que será suficiente para pasar la semana. 
—Tengo muy barato el kilo de música clásica, por si te interesa. 
—Se lo agradezco, pero no me quiero llevar tanta porque después se me hace mala. ¿No podría llevarme solo una ración de Vivaldi?
—Lo siento, no las vendemos sueltas. Vienen con el pack de pizza cuatro estaciones. 
—Y ¿con los puntos acumulados no me podría llevar algún himno? 
—A ver. Mmm...Creo que te llega para el Himno de la Alegría. ¿Te lo canjeo? 
—¡Perfecto! Pero, en caso de devolución, ¿podría cambiarlo por la freidora? 
—Eso tendrías que gestionarlo a través de la app. Aquí no llevamos el tema «devoluciones de himnos». 
—Vale, gracias. Y, una última pregunta:  ¿Cree usted que esta conversación me da para un relato? 
—Buf...Depende de quién lo vaya a valorar. ¿Quiénes votan? 
—Los propios participantes.
—Hazme caso. Tengo el kilo de música clásica realmente barato.