«Mi último amor»

Siento el calor bajo mis pies. No miro a toda la gente que con una astilla esta creando el fuego. A mi no me preocupan, solo te miro a ti. Tu eres el dolor que me está agarrotando las entrañas, el que congela mi corazón... Me miras de lejos.
Todavía recuerdo como me enseñabas las plantas, flores y setas benignas... Y las malignas. Yo se dibujar y escribir por mi época en el convento, del que me escapé.
El azar hizo que nos encontrásemos en el bosque. Decidimos escribir un libro para que tu conocimiento adquirido como pastor no se perdiese. Tus conocimientos son infinitos pero el papel finito... Decidimos plasmar las curativas. Durante todo ese tiempo nos fuimos acercando hasta que llegamos a respirar el mismo aire, tener la misma piel.
Mi vestimenta esta siendo devorada por las llamas de este infierno, pero mis ojos siguen clavados en ti.
Cuando te veo hablando con la hija del alcalde, comprendo porque te alejaste de mi.
En la cárcel el vigilante me dijo la razón por la que estaba allí. Habían encontrado el libro. No saber escribir fue tu excusa perfecta.
- ¡ Nosotros te maldecimos! ¡A ti y a tu estirpe! - es mi último grito para ti antes de consumirme, pero aún tengo tiempo de ver tu cara de incredulidad cuando caes en la cuenta de que no soy la única que muere.