«Miradas»

Suspiros silenciosos, ojos vidriosos e inexpresivos y oscuras y dolorosas manchas por mi cuerpo me han acompañado a diario en los últimos años de mi vida... Ningún amanecer o atardecer logró transformar mi tristeza y angustia evidentes en esta ciudad para la que fui invisible cada día...
Esa soledad fue haciéndose poco a poco tan dolorosa como las punzantes palabras de la persona que había querido como a nadie y que se clavaban arañando mis sueños.
El azar me hizo tropezar con aquella que logró con su mirada descifrar lo que nadie se había molestado en ver. 
Gracias poco a poco a esa ayuda y acompañamiento vital obtuve el valor necesario para salir del oscuro bucle en el que se desenvolvía mi vida y pasar al vértigo de descubrir que cada día es distinto al anterior y siempre impredecible. 
Doy voz a tantos rostros cabizbajos que no alcanzan a ver que el camino mejora con las decisiones necesarias y permiten cambiar la vida.
Es imprescindible comprender que una ayuda anónima puede permitir dar el paso.
Esta es mi razón de estar compartiendo mi experiencia aquí: para que reaccione el alma que cada uno y cada una llevamos dentro y que miremos a los ojos de quien pasa a nuestro lado sigiloso y triste.