No podía dormir. Estaba muy nerviosa porque después de casi tres meses volvía al colegio. Por un lado, estaba contenta por ver a mis amigas, aunque por otro, no quería que el verano se terminase. Podía levantarme a la hora que quisiera, ir a la piscina, incluso jugar a la videoconsola, pero eso se iba a terminar así que me sentía muy triste. Además, dejaría de pasar tiempo con mis papás y cuando estoy en el colegio los echo mucho de menos, aunque nunca lo reconozco porque luego se lo cuentan a sus amigos y me hacen pasar vergüenza.
Pues como iba diciendo, no podía dormir, así que hice levantar a mi madre de la cama con la excusa de estar sedienta. La segunda vez que la llamé eran las doce de la noche, todavía no había conseguido dormirme y me estaba sintiendo cada vez peor, los nervios me estaban provocando dolor de cabeza. Mi madre me trajo un vaso de agua con Apiretal y me volvió a dar las buenas noches con un beso en la frente.
A las dos de la madrugada me desperté, tuve un mal sueño con un pirata cojo, así que volví a llamar a mi madre explicándole que había sufrido una pesadilla. Entonces conseguí que se tumbara junto a mí.
Después de lograr dormir una hora junto a mi madre, me desperté cuando intentaba huir sigilosamente de mi cama para volver a la suya. Le pregunté que dónde iba y con un tono adormecido y atormentado me contestó que se iba a su cama con papá. Con mi voz angelical le sugerí dormir con ellos y aceptó, pero esta vez se le olvidó darme el beso de buenas noches.
Mi primer día fue genial, aunque llegué tarde, pues mi mamá se quedó dormida.
El final es desternillante, como para no quedarse dormida!
Jajajaja.
Saludos Insurgentes
Qué bueno, Mila.