“A veces la genialidad del hombre, nubla las mentes más sensatas…”
… Entonces el K-ko corre a esconderse, entre los estrechos pasajes, sembrado de escombros y basura que contrastaba con alguna que otra sábana que colgaba de algún improvisado tenderete.
No te escondas K-ko el jefe te dijo que le pagaras la pasta.El K-ko escondido tras unos medidores de agua, esperaba el momento justo para asomar el cañón de su arma y disparar, ya nada importaba solo salvar la mercancía y huir con vida de aquella deuda.
De pronto un sonido en el apartamento contiguo corta abruptamente mi concentración, miro el reloj son las 02:16 de la madrugada del martes
Debería dejarlo ya. – Pensé
Mientras guardaba mis escritos y bebía el último sorbo aguado de whisky que deslizaba por mi garganta suavemente la píldora para dormir.
Admito que dedico muchas horas a escribir sobre K-ko, este narco, que nació un día de la nada
…El frío gélido de la noche acentúa la sensación de segregación, el olor a los marginados, el frío y la pobreza se enfrentan en guerra, los borrachos y narcos soldados aguerridos caídos en batalla. De repente lo veo, es él, viene de cara hacía mi el K-ko se mueve sigiloso entre la calle esperando vender “la arena” de pronto me estrella, siento un fuerte golpe que casi me hace caer al suelo.
¡Hey! - Le gritoPero el K-ko no me oye, no me ve…
Pasa a través de mi y siento un enorme escalofrío que taladra mi cráneo, cierro mis ojos, los abro por fin ya amaneció.
Una breve ducha, un rápido café, mis gafas el pc… No puedo, la ansiedad… Aquel sueño ¿Fue un sueño verdad?
Salgo a dar un breve paseo, necesito una bocanada de aire fresco. A mi andar los pasos añejos se desvanecen y aparecen mil recuerdos de mi adolescencia, de cuando convivía cara a cara con la pobreza y con el fantasma del peligro, los traficantes y el anhelo de salir de ahí. Afortunadamente refugiado en las letras tome un camino tranquilo, alejado de todos aquellos amenazantes peligros que hoy solo son parte de la ficción.
De pronto mi corazón dio un vuelco, a tan solo unos pasos de mi estaba aquel triste suburbio color verde agua y lleno de grafitis en el cual me crie. Es raro ¿Tanto he andado? Decido ir en esa dirección, me recibe un pequeño de apenas unos cuatro años con pantaloncillo y una camiseta llena de tierra sonríe y sale corriendo, me invita subir por las roídas escaleras y se mete al 3B… Pero será posible ¿Ese crio soy yo? No puede ser verifico el día y el año en mi reloj, como si aquel aparato tuviese la respuesta a esta extraña experiencia.
Confundido me voy, decido salir rápido de ahí, donde no soy invitado sino intruso, pero en eso lo veo, el K-ko sentado en el suelo bebiendo una cerveza me pregunto si andará con la mercancía encima o si anda vendiendo a plena luz del día.
En eso los matones del jefe aparecen y van tras el K-ko que aturdido por el alcohol no alcanza a huir de la paliza que le propinan.
¡No! – Grito, dejadlo en pazDecido intervenir frente a que estaban a punto de matarlo y por muy drogadicto y traficante que fuese, no me podía quedar ahí mirando aquella escena.
¿Tu quien eres estirao? ¿El angelito de la guarda de este cabrón? Anda tira, por ahí, que como vayas de héroe te hacemos un cariñito a ti también.El costurón (uno de los matones) se me acercó con el cañón de su revólver en alto y lo posicionó bajo mi barbilla, mientras hábilmente daba con mi billetera.
Ora sí, tira pa` tu casa justiciero.Salí agitado de aquel lugar, no sabía si era real ni donde estaba en realidad, todo era extraño. Llegue a casa rápido queriendo escribir todo lo ocurrido, una vez terminado las horas volaron y ya me encontraba nuevamente sobre mi cama ojiplático.
La alarma me hace dar un brinco sobre la cama compruebo que es de día, que la vida es real, estuve horas despierto pensando en lo ocurrido debo volver…
Situado ya en aquel lugar Busco al K-ko quiero saber cómo y dónde está.
Sin éxito doy vueltas y pienso “estoy dentro de mi novela”. Esta vez es el K-ko quien me ve…
¡Psst Bro! Me llama por lo bajo, mientras exhala el humo de un canuto.Me giro desconfiado y me acerco, él con un gesto de su cabeza y estirando el brazo me invita una calada. Se la doy profunda perdiendo mi gravidez de humano, llenándome de cordura, y por fin lo comprendo no son ellos los personajes no, no lo son, soy yo.
Pero ¿Cómo pudo suceder? No escribo la fantasía; sino que la actúo, toda mi vida nada es real ¡Qué locura!
Mi cabeza se inflama mientras emerge de ella una vertiente torrencial de pensamientos y respuestas a mil preguntas y surgen como las hojas en primavera mil preguntas más.
Poco a poco salgo de esta loca epifanía y mis mocasines rozan el pavimento de la acera en la que minutos antes flote.
No le temo a Nada K-ko, a nada – Y rioEn eso una balacera da a lugar a unos metros de nosotros, el K-ko huye. A fin de cuentas él es humano, él es real.
Me grita ¡Bro! Pero lo miro y me rio de todo. No sé que es real y me rindo al destino…
Cruzo la batalla de bandas y seis tiros se incrustan en mi cuerpo como avispas asesinas, y el fluido carmesí cae y fluye tibio ¿Yo también soy real? ¡No quiero morir!
Mi respiración se entrecorta, me ahogo conmigo mismo, siento no poder acabar tu historia K-ko… Mis ojos pesan, se nubla todo.
…Martes por la mañana suena la alarma.
Solo fue un mal sueño, respiro, no estoy loco y sigo vivo.
Pensábamos tantas cosas de niños...jajja.
Bueno; al menos yo " que planteamientos aquellos" jejeje.
Me ha gustado mucho.