Miro el reloj y veo que me quedan 2 horas para entregar el inicio de mi nueva trilogía. Siempre me pareció fascinante el poder escribir historias propias cambiando los nombres y que nadie sospeche que estás hablando de ti.
Empiezo a escribir.
LA NOCHE DE JANE
Jane llegaba a casa después de trabajar doble jornada, se descalzó y tomó una copa de vino. ¡Qué bueno, por favor!, dijo en voz alta mientras se preparaba un sándwich.
Una vez que lo tiene listo, coge su vino y sube a la terraza. Le encanta ese momento del día, que le sirve de desconexión.
Al entrar en la terraza enciende la luz y ve que hay alguien en su tumbona.
Un “hola” apenas audible sale de su garganta y al acercarse ve que es Tom, el chico con el que lleva saliendo un par de meses.
Tom , por favor, ¡qué susto!- exclama divertida-, pero Tom no responde, ni siquiera se mueve, y su sonrisa se transforma en un gesto de terror.
Busca su móvil mientras el bloqueo no la deja pensar a quién debe llamar.
LA NOCHE DE TOM
Tom salía tranquilamente a tirar la basura, cuando notó un fuerte golpe en la nuca. Después, al despertar notó cómo le habían atado las manos a lo que debía ser una silla y le habían cubierto la cabeza para que no pudiese ver.
En medio del silencio una voz le grita: ¿Creías que ibas a salirte con la tuya?. Qué equivocado estás. ¡Vas a pagar por todo lo has hecho!.
En ese momento, Tom quiere decir mil cosas, preguntar qué es lo que ha hecho, que no sabe de qué le hablan….,pero el pánico que siente no le deja decir nada mientras nota cómo una aguja se clava en su cuello.
Ganas de más Pedro.
Saludos Insurgentes