Te marchaste con ruido
y desde entonces
puse doble cristal a mis ventanas,
limpié cada rincón y hasta quité
el polvo y la pelusa que se esconde
en los los rincones olvidados del alma.
Sacudí las alfombras de la mierda
acumulada en años y observé
los restos de miserias
volando en el balcón .
Invité a mis amigos a la fiesta
de mi hogar renovado y decorado,
engalanado para la ocasión.
Puse cerrojos fuertes a las puertas
y aún así se colaba algún ladrón.
Pero el robo era nimio comparado
con perder ese hogar que me acoge
cuando suenan granizos de dolor.
Y tiemblan las paredes con el miedo
de ese trueno que ruge en mi interior.
Pero al ir a acostarme a veces veo
tu reflejo grabado en el espejo
y en las pupilas de mis ojos siento
que la tierra se mueve
y tu recuerdo amenaza
con derribar mi casa.
Y entonces tiembla el suelo y me doy cuenta
de que a veces
aunque te agarres fuerte
cuesta un mundo sostenerse.
Saludos Insurgentes