«Tyler va a la escuela»

Hoy acompaño a Tyler a su primer día de cole.
Diría que me preocupa si hará buenas migas con sus compañeros, si sus profesores serán agradables y todo ese rollo. Ojalá fuese eso y no tuviese que adaptarse a una movida mucho más jodida que el coronavirus: muertos vivientes. Al principio nos lo tomamos a guasa. ¿Como pueden existir los zombies fuera de las pelis que ves a la hora de la siesta? Y así fue hasta que tuvimos a los muertos encima. Después nos hemos tenido que adaptar por cojones a la presencia de estos podridos andantes. No nos queda otra opción, solo luchar y resistir hasta que alguien encuentre una cura.

Esta mañana tuve una discusión con Julia mientras preparaba a nuestro peque. Cada comunidad tiene sus reglas y Villa Esperanza no es una excepción: todos los niños al alcanzar la edad de 10 años son entrenados para defenderse contra estos 'Pieles Podrida'. Tyler acaba de cumplir una década de existencia y hoy será su primer día como aprendiz de cazador. La opinión de la gente me importa un carajo y no lo digo por el cambio de nombre de Tyler, ni porque haya sido criado por dos mujeres... ¡Tampoco lo digo porque se me olvidó hacer la colada anoche!
Antes de separarme de mi pequeño terremoto le recuerdo nuestra única norma:

-Tapate bien el hombro, cielo. Nadie puede ver la marca.

Tan solo el tiempo demostrará que Tyler no le pegue un bocado a alguno de sus compañeros y se lié bien parda. Cuando le veo marcharse junto a su profe la ansiedad me come y comienzo a rascarme la cicatriz del brazo. Por favor, como no salga bien lo menos preocupante será que Julia me mande al sofá a dormir.