Son las ocho y media de la mañana, llego al trabajo, saludo como de costumbre y me meto en mi despacho. Arranco el portátil y abro la bandeja de entrada. Una tira de correos se acumula, ninguno altamente preocupante. En la ventana mientras, un ligero aleteo llama mi atención, es el pequeñín carbonero que se acerca cada día. Le sonrío y tras mirar el reloj me encamino a la sala de reuniones.
Por el camino, me voy cruzando con algunos compañeros. A la entrada oigo una voz inconfundible:
- Ey Vera, has llegado justo a tiempo. ¿Nos sentamos al principio?- Venga. ¿Y la directora? Qué raro que no haya llegado aun.
- Sí, cosas de una llamada de última hora. Por cierto, bonita blusa, tan colorida y floral.
- Muchas gracias, tocaba ya cambiar un poco.
- Buenos días equipo, pido disculpas por el retraso. Llamada de última hora de Invierno. Me ha puesto al día de las complicaciones y manifestaciones que ha habido recientemente y que explican su retraso en la salida y la transición estacional este año. Nos ha pedido cuatro días más para cerrar unos asuntos y dejar todo bien organizado para Primavera - termina la frase mirándome.
Asiento y me preparo, presiento que vamos a tener mucho que hacer.
- Debemos organizar quién se encarga de abrir las flores según qué barrio. Al fondo de la sala tenemos el mapa para repartirnos por zonas más tarde. Me comentan que algunos pájaros están pensando en reclamar sus derechos oficialmente si no subimos las temperaturas. Habrá que hablar con ellos y trasladarles la situación de Invierno. Mostrar comprensión será clave. También tendremos que hablar con Lorenzo que se está pegando unas vacaciones de lujo y varias poblaciones de insectos están quejándose. He recibido también…
GENIAL. :-)
Saludos Insurgentes