«Un regalo para Año Nuevo»

Las uvas listas y la gente esperando que empiecen las campanadas para tomarlas como reclamo de buena suerte para el año nuevo que va a comenzar.
Campanadas, uvas, alegría, abrazos, felicitaciones y buenos deseos.
Y el mundo ajeno a lo que se les viene encima...
En el sótano de un viejo edificio abandonado un hombre no ha seguido con la tradición, está ocupado poniendo en marcha el que sabe será el proyecto de su vida, por el que será recordado a través de los tiempos.
Meses atrás esa mente brillante consiguió encontrar una vacuna efectiva 100% contra el Covid-19; su problema fue no trabajar para ninguna gran farmacéutica ni para ningún gran gobierno; su pretensión fue ceder gratuitamente los derechos de su fórmula a cambio de que nadie se beneficiase económicamente de ella, tan sólo podría ser utilizada para salvar vidas y poner freno a las miles de muertes.
La OMS, con el respaldo de las grandes potencias económicas, rechazaron su regalo. La negativa cayó a Rafael como jarro de agua fría; buscó entonces un lugar donde ocultarse y orquestar un plan que diera una gran lección a la humanidad frente a la codicia del hombre.
Faltan minutos para el nuevo año, revisa los datos del ordenador y comprueba que todo está listo, tan sólo queda dar la última instrucción, con el sonido de la última campanada aprieta un botón y el virus comienza a expandirse por las redes de suministro de agua potable de todas las ciudades y pueblos del mundo.
La cura frente a este nuevo virus también la ha fabricado, la única condición para sacarla a la luz será que la OMS, junto a los presidentes de los países más importantes del mundo, salgan públicamente reconociendo lo que meses atrás provocaron por rechazar su regalo.