«Un reto peligroso»

Hoy hace tres años del fatídico accidente. He retirado las flores secas de Pablo y he colocado un nuevo ramo de rosas blancas. Mi sentido de culpabilidad por aquel reto en las vías del tren, siempre lo llevaré conmigo. Tres años viviendo con una presión en el pecho que me recuerda el momento de nuestro gran error.
Al salir del cementerio, decido caminar hasta el lugar donde Pablo fue arroyado por el tren. Ese horrible recuerdo se repite en mi cabeza una y otra vez, hasta que mis lágrimas recorren mi rostro y empapa el cuello de mi camisa. 
Hoy terminaré con esa culpa que tanto me corroe por dentro, cuando consiga el selfie perfecto, me reuniré con Pablo y descansaré en paz.
Quedan cinco minutos para que pase el cercanías de Blanes. Me coloco junto al ramo de flores rojas que alguien ha posado sobre las vías y observo una nota entre sus tayos. Quizá sea de su familia.
Cuando siento la vibración bajo mis pies siento curiosidad, ya tengo la cámara preparada para la foto pero, me agacho para leer la nota.
Ese mensaje hizo que me arrepintiera en el último segundo. Pablo murió justo después del selfie, sin embargo, no fue por una imprudencia, fue un asesinato.
Esa nota me reveló el nombre del asesino, pues conocía perfectamente su letra.

Nota: Siento haberte empujado, estaba enamorada de otro y no quería hacerte sufrir.