«Venus y el espectáculo de magia»

Soy Venus y tengo dos hermanas, Salia y Pacme. Nosotras tres vivíamos con la abuela Karina. Pese a que nuestra época estaba regida por la opresión machista, nuestra abuela siempre nos obligaba a luchar por nuestros sueños. Ella tuvo una vida emocionante y liberadora comparada con la de otras mujeres, y siempre deseó el mismo destino para nosotras. El día que falleció nos propusimos algo que a ella la hubiera encantado: íbamos a cambiar las normas.

Las tres poseíamos toda la sabiduría que la abuela Karina nos inculcó. Esta siempre nos habló de un maravilloso espectáculo que constaba en un juego de colores, bailes y distintos inciensos. Se celebraban en las calles de noche y contenían un mensaje revolucionario. Muchos trataban temas como combatir la pobreza o evitar guerras. Estaban interpretados por hombres y nosotras éramos mujeres. Nuestro mensaje era luchar por la igualdad de géneros. El proyecto era clandestino, pero algo estaba claro, sabíamos que arriesgábamos nuestra vida, asique planeamos huir tras el espectáculo.

Llegó la primera luna llena del año y esa noche haríamos magia. Nos reunimos en uno de los barrios más ricos y comenzamos con la diversión. Al principio solo fueron contraste de colores con nuestros trajes y bailes con acrobacias. Nuestros movimientos, precisos y suaves, dejaron confundida a la gente. Yo había practicado una acrobacia increíble, en la que tenía que prenderme fuego en el acto. Saldría ilesa debido a unas hierbas aplicadas en mi cuerpo que harían que el fuego se apagara en segundos. Lo realicé tan magistralmente, que todo el mundo se quedó alucinado. Pacme finalizó dando las últimas palabras sobre la revolución femenina. Al terminar, mucha gente aplaudió y otra mucha nos abucheó. Huimos, felices por haber cumplido el sueño de nuestra abuela. Nos acusaron de brujas, pero lo logramos: cambiamos las normas.