EDICTO DE PRISIONES: SE CONCEDERÁN VISITAS ORDENADAS POR LA FESTIVIDAD DE SAN VALENTÍN.
ÉL,
el día de antes, pide un par de cigarros fiados a unos de su pueblo que tienen condena a 30 años. Los va fumando pacientemente, para alargarlos, mientras pasea esquivando camaradas aterrorizados. Una prisión franquista en el año 41 en España es un lugar donde reina el terror. Pocos saben si saldrán con vida de allí, y esos son los más afortunados. Otros, como él, tienen los días contados.
Se sienta en un rincón mientras piensa en ella, llora, ríe, ama la vida. La misma vida que está a punto de perder a la mañana siguiente. La misma vida que tenía con ella, su pasado juntos en el pueblo y este futuro que les han arrebatado.
La condena es clara y contundente: Sentencia a muerte por haber hecho guardia armada.
Pero él, es un campesino que jamás ha empuñado otra cosa que no sea una hoz para ir a segar por media castilla, además de otras herramientas. Simplemente le tocó vivir en el sitio equivocado.
Ella,
Consigue papel y lápiz dejándose querer por el nuevo maestro, un jovencito de falange.
Sale nerviosa, se pone todo lo guapa que puede con su cabeza rapada con el frío clavado en la cabeza como esa venganza cruel.
Llega a la fila de la cárcel y consigue un tomate medio podrido que alguna otra familia ha desechado. Ese será su banquete el día de su último encuentro.
Hacen el amor de forma tierna y suave, como su primera vez.
Y le pide que escriba la carta que leerá su hijo, ahora con apenas 3 años, para que sepa quién fue su padre.
Sale de la cárcel no sin antes enviar la carta a un cura piadoso que le promete entregarla.
Tierna y triste a partes iguales.
Me ha encantado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes
Hay antepasados en mi familia con historias similares y me ha recordado mucho a las historias que me contaba mi abuela.
La historia atraviesa las historias familiares individuales y, a veces colectivas, de las familias, como es lógico.
A seguir!