«Y entonces nos miramos...»

6 de octubre de 1989 

Ese día marcó un antes y un después en mi vida. Ese día le vi por primera vez. 

                -Hoy estrenan una serie nueva en la primera cadena: Brigada central. ¿La ponemos? .- Mi madre encendió la tele y cinco minutos después yo estaba totalmente embelesada mirando a aquel hombre que llenaba la pantalla y  mi vida entera con su mirada. Tengo que reconocer que fue la primera vez que me enamoraba  y no sé si alguna vez dejé de estarlo. Pasaron los años y nunca me perdí ningún capítulo de ninguna de sus series , ninguna entrevista, ninguna aparición en las revistas...nada. Y al acabar siempre llegaba a la misma conclusión: Somos almas gemelas. Si algún día me conociera, quedaría embobado conmigo y no nos separaríamos. 
Pasaron los años y ese momento nunca llegó. El que sí llegó fue el verdadero amor de vida. Nunca olvidé al primero, pero pasé página. Antes de casarnos me sorprendió con un viaje a Madrid. Había comprado entradas para una obra de teatro  en la que, casualidades de la vida, el protagonista era él, mi amor platónico. Le miré sorprendida, sin entender nada.
                  -Necesito saber que estás totalmente segura antes de casarme contigo. No quiero asignaturas pendientes en nuestro camino.
En medio de la función tuve que ir al baño. Estaba tan nerviosa que me había bebido tres cervezas en el descanso. Iba corriendo por el pasillo. No quería perderme ni un segundo de su actuación. Sin darme cuenta choqué con alguien. Al levantar la vista, lo vi. Allí estaba José Coronado, el amor de mi vida, clavando su mirada más sensual en la mía. Nunca volví a mi asiento. Sé que no estuvo bien lo que hice, pero yo tenía razón...éramos almas gemelas. Solo le faltaba conocerme.