Así lo contaba la abuela de Lucas en las noches oscuras , de frío y nieve .
La chimenea encendida y las llamas, estimuladas por las pequeñas astillas , hacían bramar y emitir pequeños ruidos que nos hacían sobresaltar y acurrucarnos más unos a otros .
Mirábamos a Lola con cara de expectación , casi con adoración.
¡Cuéntanos esa leyenda abuela !
decía Lucas, esa que nos gusta tanto , y Lola , entonando cada frase , con su sombra reflejada en el suelo , con las llamas calentando la habitación comenzaba susurrando…:
y cuenta la leyenda...
que cierto anciano, habiendo decidido subir a la cima de una montaña , quiso darle una lección a su hijo.
El camino será duro padre , difícil la escalada , tu cuerpo no es el que era , pasarás hambre , sed , frío , por qué aventurarte , por qué exponer tu vida cuando no hay necesidad?
Confía en mí, llegaré , superaré todos los obstáculos , los miedos y los infortunios .
Cuando llegó a la cima , cansado , hambriento y con llagas en los pies , estiró su brazo y arrancó un trozo de cielo.
Ya en casa , con los brazos abiertos para abrazar a su hijo ,dijo : toma hijo mío , un trozo de cielo, como prueba de haber alcanzado la cima .
Sé perseverante , honrado , honesto y nunca le falles a los tuyos ni a ti mismo , y todo será posible .
A lo que el hijo, también con los brazos abiertos , y ofreciéndole otro trozo de cielo dijo : Aquí tienes padre , como prueba de mi amor hacia ti.
Lola sonrió, los niños sonrieron , ya no hacía tanto frío .
Sin embargo, es un buen relato.