Poesía automaternada y voz ancestral

Un viaje a la niña que fuiste, recuerdos de tu infancia y de las personas que, en aquel momento, te acompañaron. Un libro para ir leyendo a sorbitos, saboreándolo y oliendo aquellos aromas que pensabas estaban enterrados.. 

Como mujer me he sentido muy reflejada en las palabras de Pilar. Creo, no obstante, que este libro emana algo más que palabras. De él surgen tantas emociones y vivencias que nos hacen de espejo a muchas, independientemente de que pertenezcamos al entorno rural o no. He visto la vida de mi abuela y la de mi madre, pero también la mía y quizás la de mis hijas.

Lo primero que me viene a la cabeza tras leer Poesía Automaternada y Voz Ancestral es el término Ubuntu. Ese “soy quien soy por quien eres tú”, esa conexión atávica entre los miembros de la tribu, esa conciencia indefectible de que nuestras acciones influyen en los demás. Nuestro bienestar depende del bienestar de los otros.Y para ello es imprescindible conocer la realidad de “el otro”. Chimamando Ngozi Adichie dice:Es imposible compenetrarse con un lugar o una persona sin entender todas las historias de ese lugar o esa persona.Por eso Poesía Automaternada es tan importante. En los tiempos, en los lugares, en los espacios donde el folio no sirve para contar historias, porque solo se sabe rasgar el papel para componer una X de trazo vacilante, solo queda la voz ancestral para rescatar el relato de cada una de nosotras.En eso, Pilar es una arqueóloga de los susurros.Las manos de las mujeres no sabían de escritos. Sabían de jabón, de labores, de grietas ajadas y del fuego de los peroles. Pero sus voces nutrían como la leche materna. Sus susurros acallados por los tránsitos impuestos por el género y el hogar, hablaban de sabiduría y esperanza.Allá donde la historia de los poderosos se escribe, la de las mujeres se cuenta con la voz mientras las manos bordan. La Historia está hecha para perdurar, inalterable. Pero la historia de las mujeres junto al fuego del hogar se transforma de generación en generación, se adapta al tiempo y al espacio, se transmite y cambia, como cambia nuestro ciclo menstrual. No siempre es la misma, pero siempre es.Nuestro relato vital se cuenta tejiendo palabras. No es vano hay tantas palabras en común entre la costura y la escritura: texto, trama, urdir, nudo, desenlazar.De eso va el texto de Poesía Automaternada, de desenredar una trama y urdir los nudos, coger las cosas con alfileres, cuando hay mucha tela que cortar y no se pueden dejar cabos sueltos.Pilar borda un árbol genealógico de los silencios. De un árbol que creamos, compartimos y que finalmente nos sirve de cobijo. Pilar es una recopiladora de cuentos olvidados tal y como lo siguen haciendo las mujeres bosnias, las masai,el filandón de las leonesas, las saharauis, el Jrefiyye de las palestinas o las raizales de las Isla de San Andrés.En los silencios que quedan guardados en los cajones de nuestros cuerpos, de ahí brotan sus palabras. Como si ser poeta fuera ser chamán, aedo, bardo y pintar con las manos las paredes de esa cueva ancestral y silenciosa que siempre nos habita.Todos sus poemas están hechos de aire, de ventoleras, de cierzo y siroco.Creo que a Pilar todos esos susurros le mordían la lengua, le arañaban por debajo de las capas de piel, le saboteaban el maquillaje y le revolvían los vestidos de fiesta. Hasta que se miró en la poesía del espejo y se creyó con el derecho de dar voz a las que ya no cuentan.La poesía del espejo se crea a través de la escucha. A ella solo llegan aquellos que han sido tocados por la fragilidad. Ese ninguneo que se transita al ser invisible te permite ser buena escuchando, te da el poder de sentir compasión por el que sufre. Te permite ver y verte a través de los espejos que son las otras. Esas otras y otros que en los cuentos no te matan, sino que te ayudan.La poesía habla de reparación y de justicia reclamando el lugar de los simbólico, de la piel y de las grietas, de los cerrojos oxidados y de las cercas de piedra que esas palabras hechas de aire y reflejos terminan horadando a pesar de su dureza.Al leer Poesía Automaternada se me antoja el cisco y la lumbre. Las mujeres, como encargadas del hogar, eran las dueñas del fuego. Eran las encargadas de cocer lo crudo. De transformar y transformarse.Inciso, en la cueva de Wonderwerk de Sudáfrica, se encontró un hornillo que tiene la friolera de dos millones y medio de años.Tal vez, también entonces, en esas noches de invierno que se antojan tan largas, cuando el sol se vuelve perezoso y se cansa de brillar, cuando el día se vuelve un bostezo antes de que el astro se acueste tras el horizonte naranja, tal vez, nuestras ancestras ya se sentaban delante del fuego.Y como con la poesía, con las mejillas coloradas por el calor, entonces afloraría todo aquello que avergüenza, todo lo que en la algazara del día se esconde. Todo terminaría siendo parte de un guiso que se remueve en el caldero que hierve en el fuego.Creo que Pilar ha cocido sus historias dentro del cuerpo, con ese calor interno que todos los que la conocemos hemos visto. Un fuego que a veces escalda, pero que al final hace que todas sus palabras den un buen jugo.Con su poesía te relames de gusto. Sabe a herrumbre y piedras, a hierbas y bosque, a casas con las puertas abiertas y cuestas empinadas.Pilar nos muestra con su poesía lo que pasa cuando nos dejamos habitar.Raíces y alas. Pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen.

"Poesía automaternada y voz ancestral" es un poemario que desborda honestidad, un grito visceral que emana de la conexión entre lo ancestral, lo femenino, los orígenes rurales y los cuestionamientos que atraviesan a muchas mujeres.Escrito con la crudeza de quien se encuentra cara a cara con su linaje y con la ternura de quien abraza sus heridas, este libro se alza como un canto a la resiliencia.La ruralidad es un eje crucial, presentándose no sólo como escenario sino como un personaje más, exponiendo las desigualdades, las injusticias y los silencios impuestos. Un libro imprescindible para quienes aman la poesía que no teme mancharse de tierra, que vibra y resiste como las mujeres que día a día enfrentan el mundo con la fuerza de su alma.