Luz

«El Bosque Encantado.»

926 palabras
7 minutos
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Cuento de fantasía: En la más profunda oscuridad de la medianoche, una luz misteriosa se enciende en el bosque. ¿Es un ser mágico, una puerta a otra dimensión, o algo completamente diferente?
''Cuando la luz se enciende la oscuridad se esconde'', esa fue la frase que me dejó escrita mi padre en una libreta justo antes de morir, ya con muchos años a cuestas. Supongo que tiene que ver con aquella vez que me dijo que yo tenía que ser la luz del bosque, ese enorme y misterioso bosque en el que se pasaba noches y noches en vela, trabajando duro mientras yo leía cuentos de fantasía en mi cama.
Es duro ser un hada, te pasas la vida estresada y con prisa, revoloteando de aquí para allá sin saber muy bien donde vas, guiándote solo por un instinto que realmente no sabes si es verdad que lo tienes o si simplemente te han hecho creer en él, así que al final te guías a ciegas por una oscuridad que solo está plagada de cantos de grillos y ruidos de un viento que parece que quiere hacerse dueño del mundo. Un día solo tienes que salvar a un pequeño corzo que se ha quedado atrapado en un revoltijo de zarzas y unas semanas más tarde te han nombrado presidente de los hadas y ala, a llenarte de responsabilidades, porque ya no solo tienes que salvar a pequeños animales indefensos de las garras de los peligros de su propia casa, si no que también tienes que dirigir a miles de pequeñas hadas que están formándose en este arte y que no saben, al igual que tú, si siguen su instinto o si este no es más que un fruto de su imaginación o de la de sus padres que luchan porque hereden el negocio familiar. Al fin y al cabo, hemos nacido para esto y para nada más.
Cuando era pequeña soñaba con ser médico, pero pronto se ocuparon de redirigirme al redil, a seguir al resto de hadas que como borregos acatábamos las órdenes de nuestra propia naturaleza, como quien nace princesa y no puede hacer nada para evitar ser reina. Mi padre me dijo una vez que cuando salvaba un animal indefenso, o curaba con mi magia sus heridas, estaba siendo médico, un médico hada al fin y al cabo y eso me consoló un poquito.
Pero todo esto no acaba aquí. Mi vida era muy fácil cuando, al heredar el legado de papá, que era nada más y nada menos que el vicepresidente de el Bosque Encantado, solo tenía que ocuparme de hacer mi trabajo y, de vez en cuando, dar alguna orden o algún consejo, pero cuando murió Henric, mi leal compañero y nuestro querido presidente fue cuando me tocó ocupar la gran responsabilidad de tener el futuro de todos mis subditos entre mis dedos y eso no me gustaba, es más, me sigue dando pánico.
Cualquiera podría pensar que ser un hada es fácil, al fin y al cabo, lo han pintado muy bonito en las películas infantiles, pero nada más lejos de la realidad. El martes pasado, sin ir más lejos, me tocó organizar mis tropas doradas para luchar contra un troll que había decidido hacer de la cueva de los Prentill su propia casa, echando a la calle a toda una familia con dos pequeños oseznos que lloraban desconsolados mientras sus padres y abuelos me rogaban que les ofreciera mi ayuda. Y el jueves un virus extraño empezó a transmitirse por todo el poblado de los lobos y tuvimos que inventar un antídoto a contrarreloj que mitigase sus dolencias y que les permitiera salir de la cuarentena en la que se habían visto obligados a entrar. Y se que la gente se cree que como somos seres mágicos podemos hacer magia y todo solucionado pero no funciona así la cosa, algunos deberían de dar un par de clases e informarse para darse cuenta de lo difícil que es todo lo que rodea al mundo mágico, cualquier paso en falso puede crear una auténtica catrástrofe de la que además, seré yo la única responsable y de eso de las responsabilidades y la ansiedad no decía nada en esa libreta que me dejó mi padre como único legado.
Pero es que lo peor está sucediendo ahora. Desde hace unos días una bruja muy poderosa se ha instalado en nuestro bosque, es tan poderosa que, aunque sabemos que está aquí, nuestro instinto hadil no nos puede mostrar su ubicación exacta. Desde que llegó han crecido tanto las zarzas que están invadiéndonos y ya han comenzado a subirse por los árboles y devorado los caminos, mientras que los valles se han llenado de hortigas entre otras otras plantas venenosas que provocan picazón y diversas enfermedades, que aunque no son mortales, están empezando a asustar y molestar tanto a los habitantes de El Bosque Encantado y a mis propios subditos que están empezando a perder la cabeza. Así que tengo a todos mis guerreros alerta, mis tropas Doradas están desplegadas por todo el Bosque buscando a esa visita indeseable y mis mejores alquimistas están buscando magias mucho más fuertes y evolucionadas para poder hacer frente a sus poderosas armas, que aunque no sabemos cuales son, sabemos que las tiene.
Estamos muy asustados, pero no pensamos rendirnos. Voy a luchar hasta el final por la paz de mi tierra y de mi gente y sé que mi padre estará orgulloso, viéndome y apoyando cada paso que de, porque aunque solo me dejó una única herencia material, también me dio muchos consejos y mucha valentía en vida para que luche por lo que quiero y no hay nada que yo ame más que mi casa y mi Bosque Encantado.
Luz
Intento de escritora. Amante de los libros y del arte en todas sus vertientes. Estoy aquí porque…
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elinsurgentecalleja
02 ago, 01:19 h
Un relato muy original, a pesar de su fantasía, es la pura realidad, lleno de valores y dignidad, como la vida misma.
Me ha encantado!!
Saludos Insurgentes
Luz
04 ago, 18:27 h
Muchas gracias, estaba muy perdida al empezar este relato porque no sabía ni por donde cogerlo. Me alegra que te haya gustado. Un saludo!
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