Pertenezco a un poderoso linaje de brujas que ha estado enfrentado desde tiempos inmemoriales a todo tipo de criaturas, aunque posiblemente solo conozcas mi parte más tierna, y que moviendo mi nariz consigo realizar cualquier hechizo. Pero la historia ha cambiado mucho desde entonces.
En los años 70 aburrida de una vida que no me aportaba nada, donde todos los días me encontraba en una comedia que para mí sin duda ya era una serie de terror, decidí utilizar todos mis poderes para lograr salir de aquel mundo de ficción y llegar aquí, a lo que todos llaman el mundo real.
Mis poderes han aumentado mucho desde entonces, y mi preferido sin duda, es utilizar el que me trajo aquí, viajar entre realidad y ficción. Sin duda estos viajes me han dado vida, vida de verdad, aunque también me han traído más de un problema.
Hace unos días viajé a Mystic Falls, para ayudar a mi amiga Bonnie Bennet en su lucha contra Kai Parker, un brujo cuya maldad hizo que lo encerraran en una dimensión alternativa, pero que consiguió escapar dispuesto a acabar con todo aquel responsable de su encierro.
Debía alejarlo de allí y traerlo al mundo real donde acabaría con él. Pero al igual que pasó conmigo, el mundo real ha aumentado sus poderes y desde hace horas que huyo de él mientras pienso dónde puedo llevarlo para que nunca regrese.
Lo he llevado por los bosques de The Walking dead y Twin Peaks, he visitado a Sabrina Spellman, y ahora estoy corriendo entre tumbas mientras él corre tras de mí con su risa de psicópata. Miro a todos lados buscando la solución a mi problema. Sin duda ella y sus amigos podrán con él.
Por fin la veo y grito a todo pulmón: ¡Buffy!
Muy bueno, enhorabuena!
Saludos Insurgentes.