«El Gran Ilusionista Austremundo»

- ¿Y qué nos traéis? --Pregunta la veterana ilusionista del jurado.
- En un truco clásico, pero dandole una nuevo giro... en plan--
- Pues venga --Cortó el borde sin miramientos.


El Gran Ilusionista Austremundo posó una pócima anaranjada en una pequeña mesa acristalada que sacó de su frac con sus guantes blancos. La ayudante se quitó su falso traje de un tirón mostrando un vestido que dejaba al aire sus pecotosas extremidades. Sus bucles carmesí caían a ambos lados de sus hombros. Su mirada esmeralda y su sonrisa cautivaban al público.

- Me gustaría dedicar éste truco a todas las víctimas de abusos y...y...a todas esas mujeres que aman sin medida: Un día aparecerá en vuestra vida ese hombre que os querrá de verdad...--emocionada, exhala-- ¡El amor siempre prevalece! --Y mira con vergüenza al veterano mago. El aplauso de público y jurado llena el teatro...

Con parsimonía, el pomposo Austremundo se situa en segundo plano dejando el centro del escenario a la bella pelirroja, que ingiere la poción y... ¡Empieza a levitar! Demasiado estable para estar siendo izada por hilos; demasiado fluida para estar siendo aupada. ¿Será la poción? --Se preguntaban todos. El mago fue orbitando alrededor de ella bamboleando sus manos al ritmo del cuerpo de ella...¿o viceversa?

Entonces el mago se planta a su lado, dos metros por delante, en el centro del foco reflector.

Da dos latigazos de muñeca, como espantando una mosca, y los brazos de la aprendiz,arrancados de cuajo por una fuerza hercúlea invisible salen disparados a ambos lados del escenario...

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Otros dos gestos más...las piernas caen inertess. La mesita parece una ponchera para vampiros.

Austremundo se dobla en reverencia, la aprendiz asiente aún suspendida en el aire...

Ambos esperan el veredicto: Ella con ojos apagados y sonrisa forzada; él con manos en los bolsillos en posicion forzada.