Melchor, Gaspar, Baltasar y Nicolás, se encontraban debatiendo sobre los orígenes del universo, cuando recibieron la noticia. Un niño había nacido en Belén, pero no un niño cualquiera, sería aquel que daría respuesta a todas sus preguntas, el que por fin desvelaría el secreto de la creación, al menos era lo que pensaban ellos, ya que según el mensaje recibido por aquel extraño ser alado, era el hijo de dios. No se lo pensaron y decidieron partir inmediatamente hacia Belén, colmar a ese niño de regalos y de esa forma conseguir las respuestas. El problema es que solo tenían tres camellos y eran cuatro, así que los tres primeros decidieron dejar atrás a Nicolás, este siempre era la voz discordante en las discusiones y de todas formar no le soportaban.
Nicolás, enfurecido por la discriminación, decidió partir por su cuenta, tomando otra ruta, en lugar de seguir la estrella que guiaba a sus compañeros. Siempre había guardado en secreto sus dotes mágicas para transportarse más rápido en un extraño artefacto que había inventado, así que decidió que era el momento de utilizarlo.
Cuando Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a Belén, Nicolás ya hacía días que había estado allí y se le había desvelado el secreto que tanto anhelaban, por lo que se tuvieron que conformar con entregarle sus regalos sin nada a cambio.
Desde entonces, Nicolás, conocedor del secreto de la Navidad, es el que siempre llega antes y reparte regalos a todos los niños del mundo, mientras que Melchor, Gaspar y Baltasar, siempre llegan con dos semanas de retraso, por mucho que intenten llegar antes. Y hasta hoy, no han logrado desvelar el secreto de por qué Nicolás siempre viaja más rápido.
Quién ríe el último, ríe mejor, je, je, je.
Original y diferente.
Saludos Insurgentes