La alarma sonaría a las 7:30 de la mañana exactamente, pero aquel día, no era necesario. El pequeño Nicolás estaba ya dando saltos en la cama de su padre, eufórico y alegre, puesto que comenzaba el primer día de clase.
-VAMOS PAPÁ. VAMOS PAPÁ, YA ES EL DÍA, YA ES EL DÍA
Solo tenia cinco años y era un terremoto, pero aquello era lo que alegraba a Luis cada día, su rayito de sol, su pequeño Nico.
Ambos se levantaron, ayudandole a vestirse y a ponerse la ropa, que el mismo Nicolas había elegido el día anterior. Unos pantalones verdes, una camiseta amarilla, unas zapatillas de color rosa y una diadema en el pelo, cosas que le gustaban mucho,
Comieron el desayuno favorito del menor y Luis dio un ultimo vistazo a como iba su hijo, faltandole unicamente una cosa, una mochila de la Patrulla canina, una de las series favoritas del chico.
Con una muda de recambio, el almuerzo y la comida, que el mismo mayor había preparado la noche anterior, estaban ya listos, así que sin perder tiempo, subieron al coche de Luis y se encaminaron al colegio, donde todos los niños y niñas estaban ya entrando, despidendosee de sus padres.
Con cierta preocupación e incertidumbre, como todo padre novato, abrazó a su hijo con fuerza y se despidió de él tomándole de las mejillas.
- no olvides, que si eres tu mismo, tendrás muchos amigos, te amo mi niño
El niño sonrió y salió corriendo, ante la atenta mirada de su padre.
El mayor, se quedó mirando como su hijo se alejaba, para después mirar el móvil, viendo su fondo de pantalla, observando con una sonrisa la foto de su difunta esposa, con un bebe en brazos, envuelto en una mantita, con un nombre bordado, Nicoletta.