-Buenas tardes señor James. Cuénteme qué problema puede tener un tipo como usted.
-Doctor, no sé muy bien cómo explicárselo. Adoro mi trabajo, me encantan las misiones que me encargan y cómo la adrenalina me hace sentir pero no puedo ser yo mismo al 100%.
-No logro comprenderle, ¿Se refiere a no poder mostrarse abiertamente y que le veamos más débil de lo que hasta ahora ha mostrado?
-Sí y no, es algo más complicado. Soy como la gente me ve, un tipo duro que hace lo que sea necesario por acabar con éxito las misiones del Servicio Secreto de Inteligencia, venero ser el Agente 007 y que se reconozcan mis éxitos. Pero la gente cree que por mi perfil profesional de agente secreto adoro a las mujeres y ellas se acercan a mí esperando lo mejor del “macho man”. Doctor, no me gustan las “chicas Bond”; en realidad ni esas ni ningunas. Llevo años viviendo mi homosexualidad en silencio; estoy cansado, muy cansado de aparentar algo que no soy por el miedo al qué dirán.
-Perdóname que te tutee James, creo que llegados a este punto será lo mejor para hablarte con total sinceridad. Es algo que no me lo esperaba pero tampoco me sorprende. Hay mucha más gente atrapada en “un armario interior” de la podrías imaginar. Tú eres un hombre fuerte, quizá lo que la sociedad necesite sea ver a un tipo duro, inteligente y atractivo como tú reconocer que es gay para avanzar un paso más y, lo más importante, para que tú puedas vivir plenamente feliz.
-Por eso estoy aquí doctor, porque llevo tiempo pensando en contar mi verdad y quiero que me ayude a encontrar la forma más adecuada para hacerlo. Esta vez haré que el pasado sí muera para renacer en mi verdadero yo.
Salir del armario como James, es la mejor opción, sin duda.
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes.