«Emociones enfrentadas»

--¡Estate quieta ya que te ponga bien la falda, la llevas torcida! Le grité.
Mi pequeña empezó a llorar.
- ¡Deja de llorar, que ya eres muy mayor!- Le volví a gritar mientras le cepillaba el pelo.
Era el primer día de colegio de mi hija y yo estaba muchísimo más nerviosa que ella.
Tenía un cúmulo de emociones enfrentadas, por un lado las ganas  que empezara por fin el colegio y tener tiempo para mí y por otro la culpabilidad que sentía al querer deshacerme de mi hija por unas horas.
-¡Mira mamá,una niña que va vestida igual que yo! 
- Claro cariño - Le contesté arrepentida por los gritos que le había dado en casa. - Eso es que va al mismo cole que tu. Las pequeñas se pusieron a hablar.
- Buenos días, le dije a la mujer que acompañaba a la niña. ¿ Primer día de colegio ?
- Si y que ganas,  ya no sabía qué hacer con esta dando todo el día guerra en casa - Dijo señalando con la cabeza a la niña que reía junto a la mía
La conversación con aquella mujer me relajó al comprobar que no era la única que deseaba que empezara el colegio.
Era madre primeriza y no sabia cómo afrontar mis miedos ni gestionar mis emociones. 
Mi hija y Vanesa , entraron de la mano como si las dos hubiesen estado juntas toda su corta vida. Que facilidad tienen para hacer amigos los niños, pensé al verlas tan felices
Me quedé junto a la puerta de hierro forjado  de la entrada hasta que las cerraron y un sentimiento de soledad invadió mi alma. Era la primera vez en cuatro años que me separaba de ella, un nuevo paso en nuestras vidas, sentí como cuando me cortaron el cordón umbilical y nos separaron para ser dos personas totalmente independientes.