Hoy es una mañana cualquiera de 1930.
No soy tonta, pienso mientras termino mi desayuno.
Soy mujer, y eso no debería hacerme de menos ante un hombre.
Pienso. Siempre pienso. A veces lo hago hasta agotarme de tanto pensar. De preocuparme por todo.
No todas las veces, encuentro cómo poder plasmar mis pensamientos en papel pero mi amiga Virginia, me animó a tener mi habitación propia, como de la que habla en su último libro, para poder hacerlo. Pero aún así, procuro buscar mis momentos de escape delante de este escritorio. Sobre todo por la mañana temprano o a la relajante hora de la siesta.
Me gusta el olor del cuaderno y de la tinta. Me relaja el sonido que la pluma hace al deslizarse formando las palabras y las frases de mis escritos.
Mi marido prefiere pescar en el río. Mi hija es feliz con sus pinturas al carboncillo y mi hijo, que aún es demasiado pequeño, se entretiene con su caballito de madera. La verdad es que ellos, aunque me den trabajo en casa, me lo ponen bastante fácil.
Soy consciente de ser una mujer privilegiada. Desde niña nunca me fue denegado el acceso a la biblioteca de mi familia, pudiendo leer obras que a otras les fueron prohibidas. Nacer en una familia desahogada económicamente, y mantener ese estatus al formar la mía propia, es una suerte que la mayoría no tienen.
Mi marido jamás me ha cortado las alas. Él quiere estar con una mujer feliz e inteligente. Amar a una compañera de vida que tenga sus propias creencias y que no se dedique a ser un mueble más de la casa.
Sé que el mundo está cambiando y que muchos más cambios están por venir aunque todavía no se vean, y así educaré a mis hijos, a respetar a las personas sean hombres o mujeres. A mí hija le enseñaré a no minusvalorarse por el hecho de ser mujer, que en muchos casos, tendrá que verse en un mundo de hombres. A mi hijo, a respetar a las mujeres, pues viene de ellas. Yo, su madre, pero también de sus abuelas y de todas las que nos precedieron.
¿Y tú?
¿Has encontrado una habitación propia?
¿Has encontrado tu lugar en el mundo?
«En mi propia habitación»
376 palabras
3 minutos
15 lecturas
Reto creativo
«Cartas a Virginia»
Un día en "Una habitación propia": Inspirado en el ensayo de Woolf, narra un día en la vida de una mujer que ha encontrado ese espacio literal o metafórico que le permite crear, pensar y ser.
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Valor, sentimiento y amor propios.
👏👏
Saludos Insurgentes