Esos ojos...esa luz...supe desde el momento que le vi que era especial. Nunca había ido a ese lugar,era mágico: su gente,su forma de vivir...es una isla llamada Santa Helena,en el Atlantico sur. Conocí sus gentes: me acogieron desde el primer momento como si fuera una más. Y entonces le vi a él: nuestras miradas se cruzaron desprendiendo esa complicidad única.
Esos días me ayudaron a conocerme a mi misma a ver más allá de la rutina, conocí la calma y le conocí a él.
Enseguida nos hicimos amigos compartíamos confidencias dentro de lo que el idioma nos permitía. Sabíamos desde el primer momento que lo nuestro iba a ser difícil: su cultura no le permitía disfrutar de la libertad en estado puro, era todo tan complicado en su vida q no podía involucrase más pero ya era tarde y el lo sabía.
El amor surgió entre ellos sin que ninguno de los dos pudiera hacer nada para evitarlo, las mariposas ya estaban ahí.
El resto de viaje él le descubrió a ella un mundo nuevo lleno de emociones maravillosas, lo que hizo que ella no echara de menos nada de lo que tenía en su día día. Un amanecer nuevo acababa de descubrir.
Llego el momento de regresar a su vida y tras varias semanas y meses se dio cuenta de que no era feliz que ese no era su sitio.
Hizo sus maletas, se despidió de todo lo que la ataba a su vida y puso rumbo a su nuevo destino junto a él sin importarle lo difícil que pudiera ser.
"Nadie dijo que fuera fácil"