-¿ Cómo que no tienes ningún miedo?-insistió el terapeuta.
-Ninguno-volvió a responder la niña pelirroja, mientras alisaba su vestido a cuadros.
-A mi, por ejemplo, me dan miedo las alturas- ejemplificó el doctor.
-Si tuviera alguno no podría…-la niña se interrumpió abruptamente.
-¿Qué no podrías hacer?-
-No podría ser una buena amiga para Leo, él tiene miedo de todo. Necesito ser valiente para inspirarlo, para que vea su propio valor-argumentó ella.
-¿ Crees que los valientes no tienen miedo?-su terapeuta intentaba desarmar aquel argumento, claramente no por primera vez.
-No quiera confundirme doc, he leído mucho, mi tía dice que soy muy inteligente-cambió de tema la niña.
-Hay unas nuevas teorías sobre las inteligencias, ¿ te gustaría conocerla?-
-Perdone doc, ¿Qué es una teoría?-
-Una teoría es…una idea-dijo el sicólogo buscando una expresión acorde a la edad de su paciente.
-¿”Teoría” es una palabra de gente inteligente?…debería enseñársela a Espantapájaros-dijo casi murmurando.
-¿Quién es espantapájaros? ¿Un amigo?
-Si. ¿Cómo es la teoría nueva?-
-Dice que hay muchas inteligencias diferentes: la lógica, la música, o las emociones, por decir algunas-el doctor buscaba explicarlo con palabras sencillas.
-Bueno, no sé cuál de esas inteligencias tengo, espero que todas, las necesito desesperadamente.
-Creo que cualquiera posee todas las inteligencias y puede practicarlas para que mejoren.
-Doc, que alegria, es una gran teoría. Si practico mi inteligencia de las emociones podré ayudar con el asunto del corazón.
-¿Qué asunto?
-Nada doc, un amigo…que necesita un corazón…larga historia.
-Hace un momento te preocupaba ser valiente por tu amigo Leo, luego aprender palabras por tu amigo Espantapájaros y ahora te preocupas por el corazón de otro amigo. Me temo Dorothy que es hora que dejes que tus amigos se hagan cargo de sus problemas, y trabajemos en los tuyos.
Dorothy suspiró fijando la mirada en su falda.