La última noche del año siempre debe ser especial y para los cuatro ocupantes del coche lo fue, pero no como cualquiera podría esperar. Nada iba a impedir que pasaran la ultima noche de 2021 juntos. Muy juntos.
La música de la radio se mezclaba con la incesante lluvia y el ruido del motor que mosqueaba más a Miguel y a Nuria que a Javi y Bea.
— Quizás sería mejor parar en la próxima gasolinera, ¿no? — añadió Nuria.
— No seas exagerada — contestó Javi desde atrás — Seguro no tiene importancia. Lo revisamos en la cabaña.
Javi, junto a Bea, iban atrás tan cómodos como acaramelados.
Y si. El motor petó. Humeaba a la vez que la luz del testigo del coche se encendía.
— ¡Mierda! No nos ha dado ni para llegar a la gasolinera — protestó Miguel — justo en mitad de la nada donde a ver si la grúa llega.
Mientras Miguel revisaba en el motor, Javi y Bea se preocupaban de no coger frío entre arrumacos. Nuria, atónita ante tal muestra de amor en mitad de aquella situación, se explayó con ellos.
— Chicos, entiendo vuestro ímpetu amoroso pero eso nos apetece a todos. Estamos llamando al seguro y parecen colapsados, así que solo nos queda acomodarnos hasta que alguien nos socorra. Miguel, entra y al sitio del conductor. Javi, coge la mochila con la comida del maletero y déjame sitio atrás. Bea, siéntate delante y abre el vino que voy buscando los vasos. La noche se antoja larga. Bebamos, comamos y brindemos porque el final de 2021 lo vamos a recordar por mucho tiempo.
Nunca sabremos si fue el cambio de pareja o el poder del vino lo que les llevó a aquella experiencia que recordarían de por vida.