«La chica de labios rojos»

Labios rojos, mirada alta, y sonrisa en la cara. Todos admiran lo positiva y fuerte que soy, todos creen que soy perfecta, pero... No conocen mi historia.

Hace unas semanas acudí a la última visita judicial, y pude ver con mis propios ojos cómo esposaban, a los tipos que nos arruinaron la vida.

Mi mejor amiga y yo salíamos de la discoteca, íbamos caminando, pues nuestra casa quedaba a un par de calles.
Dos adolescentes charlando sobre lo divertida que había sido la noche, pero ninguna de las dos había bebido demasiado.

    "Hola, preciosas..." Un tipo que apestaba a alcohol y otras sustancias, se interpuso en nuestro camino.

Tratamos de retroceder, pero chocamos contra otro más corpulento.

    "Sólo queremos ser vuestros amigos..." Sonreían de manera repugnante.

Antes de que pudiésemos gritar, nos taparon la boca, y con violencia nos arrastraron hasta un callejón oscuro.

Pataleamos todo lo que pudimos, arañamos sus brazos para librarnos de ellos, pero... Un golpe seco me dejó inconsciente, y todo se volvió oscuro de repente.

Desperté en la cama de un hospital, con el cuerpo entumecido, y encontré la mirada desesperada de mi madre.
Ella me abrazó fuerte, dando gracias al cielo por haberme mantenido con vida después de la agresión; lo siguiente que hice fue preguntar por mi amiga, y, su rostro, se ensombreció.

    "No ha sobrevivido..."

Mi vida cambió en un instante. Mi mundo se desmoronó como un débil castillo de naipes.
En un sólo día había sido violada, agredida, y... Había perdido a mi mejor amiga.

Los siguientes días, meses, años... Fueron tortuosos.
Pruebas médicas para demostrar lo ocurrido, entrevistas policiales...
Acompañando a ese calvario, llegaron los comentarios.

    "Llevaban la falda muy corta..." "Iban provocando..."

Hoy, seis años más tarde, mi voz, nuestra voz, ha sido escuchada...

Esto va por ti, Sara.