«La Gran Broma del destino»

Kira, una joven indómita que malvivía realizando atracos; Ángel, un polícia que pretendía hacer cumplir la Ley a toda costa.

Dos almas completamente opuestas que, por capricho del destino, se encontraron en un bar... 
Ella iba demasiado borracha, y él estaba demasiado deslumbrado por su belleza... Una cosa llevó a la otra, y terminaron volviendo a verse; esto se repitió varias veces. 
Ambos mantuvieron siempre en secreto sus profesiones, pero, cada vez, los encuentros eran más seguidos; poco a poco, el mero deseo inicial, se transformó en un amor desvocado e irracional.

Una fría noche de diciembre, las luces navideñas estaban encendidas por toda la ciudad, pero las calles ya estaban desiertas; era el momento perfecto para un beneficioso golpe orquestado por Kira y su banda...
Esta vez irían a lo grande, pues, la joven, quería retirarse del oficio; el objetivo era una prestigiosa joyería, donde podrían sacar unos beneficios altamente considerables.

Todo parecía marchar a la perfección: desactivaron el dispositivo de seguridad, forzaron con ganzúas la cerradura, y se introdujeron en el local.
Únicamente debían salir de la tienda, y habría sido una actuación magistral.

Kira salió la primera, triunfante; pero, de forma inesperada, un foco blanco deslumbró a la joven.

"¿Tú?" -En el rostro de Ángel se reflejaba una terrible decepción.
"Ya ves... Las apariencias engañan..." -Trató de mantenerse altiva, disimulando el enorme nudo que se había instalado en su garganta.

Me encantaría poder decir que, al final, tuvieron un final feliz, pero... Me temo que no fue así...
Aquella fue la peor paradoja con la que, el destino, pudo abofetear a los jóvenes amantes; pues, tras aquella noche, ninguno de los dos volvió a ser la misma persona...