Una noche del verano de 2.015 acudí al cine atraída por aquella reposición de la película Freddy Krueger “Pesadilla en Elm street” de 1.984. Me encontraba sola en la sala.
Hacia el minuto 69 hubo un apagón en la pantalla, como un destello, pero enseguida volvió a la normalidad. Freddy Krueger se encontraba en un primerísimo primer plano, se asomaba a la pantalla miraba de izquierda a derecha hasta que me vio. Yo me quedé inmóvil en mi asiento. Freddy salió de la pantalla. ¿Freddy Krueger acababa de salir de la pantalla?
-¡Oye, tú! ¿Puedes verme verdad?-
-¡Hola! ¿Esto es una broma?
-¿Broma? ¿Qué broma? yo estaba en mi película y ahora estoy aquí fuera. ¿Por qué no está la sala llena?-
-Estaban reponiendo tú película, han pasado más de 20 años de su estreno y es verano y la gente está de vacaciones y ya casi nadie viene al cine-. Estaba nerviosa.
-¿Qué han pasado 20 años dices? ¿En qué año estamos?-
-2.015, estamos en agosto de 2.015-
Freddy estaba desorientado. Se giró hacia la pantalla y la tocó tratando de volver a su interior. Me armé de valor y si se trataba de una broma pesada les iba a seguir la corriente.
-Freddy ¿Te apetece tomar una cerveza?-
-No es mala idea, no sé qué hacer-
Salimos del cine, estaba desierto y no había ningún empleado. Casi no había gente por la calle, nadie lo miraba mal, pensarían que estaba disfrazado de él, de su personaje quiero decir. Nos sentamos en la primera terraza que encontré. Le pregunté qué iba a hacer a partir de ahora sino podía volver a su película y me respondió que empezar de cero. Tras varias cervezas le acabé dando mi número de teléfono y le dije mi nombre por si necesitaba ayuda.
Buen relato.
Saludos Insurgentes.