Comprendí que estaba acorralado. A través de la pared se oía gritar a la muchedumbre, que con antorchas en mano, a cada paso hacían más pequeño el círculo alrededor de mi casa. Sentí miedo, pero esto no me apartaba de mi único instinto que era alimentarme con esos cerebros que me amagaban.
Al acercarme a la ventana me vi reflejado en el cristal, mi podrido cuerpo seguía erguido, era una máquina de movimiento perpetuo, no necesitaba dormir ni respirar, mis ojos corrompidos dentro de sus cuencas, sentían el calor del fuego que se acercaba a mí.
Mis piernas huesudas dejaron de temblar. No deseaba la muerte porque ella misma huye de nosotros pero sabía que esto era solo un paréntesis. Mi grupo de no vivos y yo volveríamos , según las profecías....
Zacarías 14:12
Apocalipsis 9:6
Nací, crecí y aquí estoy.
Mis títulos: soy madre, hija y abuela. Técnico en administración y…
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Me ha gustado.
Saludos Insurgentes