«La última noche.»

Aitor está recogiendo una furgoneta alquilada (la policía busca a un asesino muy peligroso por la zona), es víspera de Nochevieja y el tráfico es horrible en Madrid; mañana viaja con sus amigos a  la Sierra Norte madrileña, pronto a casa, mañana toca viajar.

Hoy Madrid corre a contrarreloj, es el último día del año y hay mucho movimiento, han quedado  a primera hora de la tarde en un punto de encuentro cercano a la carretera de  Burgos, así no hay que dar vueltas por la ciudad. Aitor es puntual, aún así, Jota, Rulo, Silvia y Lucía ya están esperando con sus mochilas cargadas de ilusión, es un subidón pasar las últimas horas del año y dar la bienvenida al nuevo todos juntos en una magnífica casa rural.

A mitad del trayecto paran a tomar un café, media hora y a seguir devorando kilómetros, ya está anocheciendo y no quieren llegar tarde.
-¡Mierda Aitor! ¿Qué haces? -No soy yo Jota, el motor está fallando. -Vamos a tirones, para en el arcén espetó Silvia, nos vamos a matar.

Hace un frío helador, todavía quedan veinte kilómetros y la furgoneta ha dicho que no quiere seguir adelante, -¡Joder! ¡Parados en mitad de la nada! Exclama Lucía.

Los cinco jóvenes están atemorizados y no tienen cobertura. -Mantener la calma dice Aitor, tenemos que pasar la noche en la furgoneta, no queda otra, sacar toda la ropa de abrigo que tengáis y arrejuntarse para dar calor mutuo.

-En la oscuridad y dormidos... esta es la mía; Aitor saca de la guantera su cuchillo de monte y no deja títere con cabeza, una sangría, cosidos a puñaladas.

-El plan ha salido perfecto, las alimañas ya tienen su banquete; por suerte, ayer la policía no pudo detenerme y les di esquinazo.

Aitor sale chillando rueda en busca de más víctimas