Qué bonito estás. Y tan repeinao. Estudia mucho, para que seas un hombre hecho y derecho. Si estuviera tu padre. Ese hijo de puta volvería si viera lo guapo que estás.
Ella se acerca y te da la manita.
—Manoli bonita, tienes que irte ya. Se ha terminado el tiempo y hoy empieza Javi el cole.
No me dejan ni verte a solas, coño. Ella siempre mirando, como si fuera a hacerte algo.
Me acerco a besarte. No te asustes, si soy mamá. ¡Ay mi niño! Todavía tienes esas pequeñas marcas. Los moratones se te quitaron, ya se lo dije a esos señores, que eso se iba.
Hace ya tres años. Parece que te veo ahora en la cunita. ¡Cállate! Se me metían tus lloros en la puta cabeza. Él me hacía perder la cabeza. Pero eso era antes, ahora estamos solos y todo va a ser diferente.
Mañana voy donde la Paqui que me va a conseguir un trabajo y nos vamos a comprar una casa con jardín, ya lo verás.
Me tengo que ir, y, además, tú te vas a clase. Pórtate bien con los niños, no digas palabrotas. Y estudia, que tú eres muy listo.
Salgo y veo el coche. Menuda tastarra joder, si huele hasta mal.
—Donde siempre—te dije.
—Manoli, ¿pero no ibas a dejarlo? Por tu Javi.
—Hoy hay que celebrar. He visto a mi niño. Si le vieras, parece un ministro. Tan bien vestido, como los de la tele. Es que hoy empieza el cole.