27 de noviembre de 2021:
Después de varios días realizando una guardia bajo unas ropas de mendigo, el “empresario” Sito García aparece en el bar Marea Negra. Cada día, se reúne con cuatro personas más -el motivo, una partida de cartas- Todo sería normal, salvo que los jugadores; pertenecientes al clan de los albariño, vecinos del lugar y dedicados al negocio nocturno; y sospechosamente encargados de la logística, con el centro de España.
Mi vida en los últimos meses ha sido bastante monótona, y mi trabajo como policía de incógnito estaba poniendo a prueba mis habilidades. Cuando entré en el cuerpo, después de terminar una carrera de psicología en Santiago, subvencionada, en gran parte, con mi trabajo de doblaje no esperaba dedicarme a esto. Ahora, tras seis meses deambulando por la villa, integrándome entre sus gentes, era un habitante más.
Con una barba abundante, botas y pantalón de pana; un jersey de cuello alto y una chaqueta marinera de lana gruesa me camuflaba en un lugar, donde todos sospechaban de todos.
Mi confidente no conocía mi imagen, siempre nos comunicábamos a través de un número postal; pero hoy algo pasaba: las partidas se alargaban y el fin de semana eran frecuentes las comidas “familiares” con los mismos miembros de la mesa de juego. Se esperaba una nueva visita; se trataba de un turco sospechoso de mercadear con heroína y hachís. Su llegada estaba prevista para los próximos días a Vigo, vía Madrid. Rápidamente, informé a mis superiores que activaron el protocolo de inmediato.
En la mañana del viernes 27, en una gasolinera cercana, y ante el asombro de los empleados, conseguíamos detener a Sito García, después de una dura persecución; evitando su huida a tierras portuguesas… ¡alguien le había dado el chivatazo! Y… yo, a un destino desconocido.
Ole.
Gracias por escribir una nota en este pequeño muro! 🙂
Saludos Insurgentes