«Muss es sein, es muss sein»

Más le valió la fama de un día, de unas pocas horas o de un único segundo antes que un anonimato perpetuado. Tuvo el valor del que siempre él careció. Obtuvo cuanto pudo desear, aun a costa del trabajo ajeno. Le pesaba profundamente pero, ¿qué podía hacer? Hay 《sucesos inevitables》.

A ella le atraía la deslumbrante fama, pero no estaba a su alcance; por el contrario, quien tuviera las cartas a favor, no sentía la más mínima atracción por la frivolidad del estrellato, no obstante, solo carecía del último empujón para acariciar su sueño y verlo cumplido.
Ambas visiones eran válidas, pero las ideas de Maquiavelo fueron adoptadas por Casilda al ver el despuntar de la banda de su novio: Valhalla Blues.

Poco a poco, Casilda se fue adueñando en secreto de la autoría del trabajo de Corey, ya que nunca firmó sus canciones. A este, lo único que le importaba era su grupo, la música con mayúsculas.

Se airearon tanto los trapos sucios de la pareja, que ocasionó trifulcas a todos los niveles.
Corey, por su timidez y personalidad sumisa, rehuyó el conflicto por todos los medios, tratando de reconciliarse con su grupo y Casilda.

Ella respaldaba sus acciones con la misma cantinela: 《hay que hacer lo que hay que hacer》, o 《el fin justifica los medios》.

Poco antes de celebrarse la vista del juicio por la demanda de plagio interpuesta por el prometedor solista, fue hallado fallecido de un tiro a bocajarro; un suicidio. En su cuerpo, una letal sobredosis.

Un testamento, firmado de su puño y letra, legaba todas las canciones y derechos a Casilda, su amada. Firmaba abajo un "te quiero".

Al cantante, le causaba auténtico pavor pronunciarlo. Corey nunca le llegó a decir "te quiero", en lugar de eso, siempre le había declarado 《TE NECESITO 》.

Más de veinte años, y el caso sigue abierto.