«"No soy daltónico"»

Raúl se asomó a la ventana del salón como cada mañana, a sus siete años resultó ser un niño demasiado precavido y antes de desayunar y vestirse para ir al colegio tenía que saber que tiempo hacía para abrigarse más o menos.
Alicia, su madre preparaba el desayuno en la cocina, con prisas como siempre, no podía permitirse llegar tarde otra vez esta semana, ya le habían llamado la atención dos veces en la cafetería donde trabajaba, el encargado se dejó bastante claro : " la próxima vez que vengas tarde no te molestes en entrar, estarás despedida".
Necesitaba ese trabajo, con la ridícula pensión por viudedad no alcanzaba para pagar todo.
- mamá, el cielo hoy está de color verde. Anunció Raúl desde el salón.
- Y tus flores del jardin son del color del arcoiris, ahora estoy mirando la acera y es de color naranja.
Alicia asomó la cabeza por la puerta del salón con un bocadillo a medio terminar, se había preocupado, su hijo era daltónico.
- ¿De qué estás hablando Raúl?
- mira....
Se le cortó la respiración, era cierto, el cielo era verde...
Agarró a su hijo de la mano y corrió hacía la calle, ¿ Qué estaba pasando?.
Al salir todo parecía normal, las personas deambulaban como de costumbre a sus destinos, nadie parecía darle importancia.
Sin saber muy bien que hacer, miró a su hijo y este con su habitual tranquilidad y muy temprana madurez, la miró y le dijo:
- no te asustes ni te preocupes mamá, así veo yo a diario la vida, con estos colores y sabes?, Me alegro mucho de que hoy tu también los puedas ver, significa que ahora tu vida será mucho más alegre, como la mía.