«Ojos vacíos»

- Puede comenzar cuando quiera señor Corleone

Michael miró con indiferencia al hombre que tenía en frente y pensó con cierta apatía en lo ridículo que era ese momento.

- No tengo mucho que decir más allá de que he matado gente y que soy un monstruo, no es ningún secreto. - dijo molesto. El psicólogo no levantó la mirada de su ficha.

-Yo no soy un juez Señor Corleone, soy psicólogo y quiero saber como puedo ayudarle, si ha acudido aquí debe de ser por algo.

-Me han obligado, no creo en ningún tipo de redención para mi

-Su familia claramente ha influido en su conducta, no es ninguna sorpresa que un hijo de mafiosos mate, te has criado entre el crimen.

- Yo no era así.- dijo serio. Su voz tan fría como un bloque de hielo hizo que el psicólogo sintiera un escalofrío. - Yo quería otra vida distinta. Fui a la universidad y me alisté en la marina como todo buen americano. Cuando estalló la guerra de familias tuve que actuar, casi matan a mi padre ¿Lo entiende? Luego me oculte por un tiempo.

-¿Y que pasó entonces?¿Fue el ataque a su padre lo que le hizo cambiar?

- No, fue Sicilia. Y fue ella, la mataron en frente de mi y con ella se fue toda mi empatía. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, solo quería proteger a mi familia y aun así no ha sido suficiente y se han llevado también a mi hija. - dijo con la mirada perdida y vacía.

- Señor Corleone, no podemos cambiar el pasado pero le ayudaré a que tras años rodeado de estrés, depresiones, culpas y malas situaciones al menos puedas disfrutar de tu vejez en paz. Es hora de dejar el pasado atrás, creo que su mente se merece descansar ya.